Ramón Morte Fernández ha puesto voz este año al Pregón de Navidad, y lo ha hecho con una exposición donde la paz, la esperanza, la generosidad, la alegría y el amor, han sido palabras que han cobrado un especial protagonismo al referirse a la Noche del Niño, una fecha que, desde pequeño, va llenando su vida «de muy buenos momentos y recuerdos».
Tras una breve intervención del animero José Antonio Gómez, que lo definió como «una persona cercana, sincera y generosa», el pregonero abrió su discurso con unas palabras del evangelio de San Lucas centradas «en los mensajes de paz, esperanza, generosidad, alegría y paz que deberían servirnos de guías para nuestras acciones y para evitar que campen a sus anchas lo contrario de estas ideas: guerra, abatimiento, egoísmo, tristeza y odio».
Como portador de una de las imágenes del Niño que hacen el recorrido de la tarde, Ramón Morte ha resaltado sus propias vivencias en un cometido que viene realizando desde el año 1988. «Ese recorrido refleja para mí lo que es la Navidad, comentada en los sentimientos y mensajes anteriores y que aquí os quiero relatar», decía.
En sus palabras no faltó el recuerdo para la Navidad del año 2010, cuando, debido a motivos de trabajo, él y su familia se encontraban viviendo en Estambul (Turquía). «Ese año no podía pasar sin llevar el niño a alguna casa, y con una imagen que me regaló mi madre para que nos protegiera en nuestra estancia turca, nos fuimos a casa de unos amigos y, allí, en Estambul, a ritmo de villancicos, hicimos el ritual de frases, cánticos y sentimientos», relataba Ramón.
Por último, con un agradecimiento «a quienes colaboran para que todos los actos de la Navidad abaranera mejoren año tras año», que hizo extensible a su familia y a cuantas personas acudieron al acto, Ramón Morte cerró su intervención pidiendo un deseo: «Espero que todos pasemos unas muy felices Navidades, y que el 2015 venga con más paz, esperanza, generosidad, alegría y amor …
La ovación con la que el público premió la intervención de Ramón Morte, dio paso al acto protocolario de entrega de distinciones, la primera de ellas para el propio pregonero, que recibió de manos del alcalde de Abarán, Jesús Molina, y del presidente de la Hermandad de Animas, Bienvenido Molina, un pergamino enmarcado como recuerdo del acto, y el escudo del municipio.
Acto seguido, la Hermandad de Ánimas entregó las distinciones de ‘Animeros de Honor 2014’ a las familias de Augusto Puche y de Fernando Gómez ‘De Hoya’, galardones que recogieron sus familiares.
Hubo también reconocimientos para Benja Caballero, autor de la imagen que ilustrará el almanaque de la Noche del Niño 2015, y para la presentadora del acto, Laura Fernández.
Por último, como colofón al evento, se dio paso a una actuación del coro de la Asociación Lírica 'Amigos de la Zarzuela', que, bajo la dirección de Patricia Dato, interpretó una selección de villancicos tradicionales.
Más fotos del acto aquí
Pregón de Navidad Abarán, 14 de Diciembre 2014. Ramón Morte Fernández
Muy buenos días
“Por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo... Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Mientras estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada. Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el ángel del Señor, la gloria del Señor los envolvió en su luz y se llenaron de temor. El ángel les dijo: No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre... ”(Lc.2,1-12ss)
Permitidme que sean estas palabras del evangelio de San Lucas, tan evocadoras de lo que aquí hacemos hoy, las que inicien el pregón de la Navidad de este año 2014, no sin antes, saludar muy cordialmente a las autoridades, párrocos, miembros de la hermandad de las ánimas, familiares de los animeros de honor, familia, amigos, a todos los aquí presentes y los que nos escuchan por la radio, y por supuesto agradecer de corazón las sentidas y sinceras palabras de mi amigo José Antonio.
He escogido este precioso pasaje del evangelio de San Lucas porque quiero comentar algunas ideas que son las que me ayudarán a desgranar este relato que a petición del presidente de la hermandad de las ánimas y del concejal de cultura tengo el honor y el orgullo de pregonar
- Una idea es de una comunicación eficiente y en tiempo real. En un mundo dominado por Internet donde la comunicación debe ser instantánea, y lo que no sale en Google no existe, en aquel el tiempo el mensaje del nacimiento de Jesús, se hizo de forma instantánea y no solo eso, sino eficiente y convincente, como indica el párrafo de los pastores que inmediatamente al escuchar las palabras del ángel fueron al pesebre a adorar al niño. Y es paradójico que hoy si tecleas la palabra Navidad en Google te salen 24.000.000 resultados…en tan solo 0,36 segundos, pero es que si tecleamos Christmas que es como se dice Navidad en inglés se obtienen 194.000.000 de resultados, lo que nos indica la magnitud y conocimiento de la palabra Navidad que quiere decir nacimiento, pero de un nacimiento muy especial, el de Cristo, aunque por otra parte, es desalentador comprobar que si buscamos también en Google las primeras cuatro imágenes que nos salen de Navidad son: 3 árboles y un Papá Noel junto a un muñeco de nieve,…es decir, se ha desnaturalizado el mensaje, pero aquellos sencillos pastores con una pocas palabras supieron lo que hacer inmediatamente y darle la importancia capital a lo que les habían anunciado.
- Otra idea que recojo del evangelio de San Lucas es la noticia más importante para los cristianos, el nacimiento de Cristo que vivió para enseñarnos el camino, que murió por nosotros, y que después de más de 2000 años su mensaje sigue aún más vivo que entonces y que es un mensaje de paz, esperanza, generosidad, alegría y amor… Si, ya sé que esto es muy repetitivo, que muchos lo oís continuamente en los sermones de la misa, y que también aparecen en determinados medios de comunicación (no muchos), pero es que es lo más importante, es lo que debiera de servirnos de guía para nuestras acciones, y fundamentalmente para evitar que campen por sus anchas lo contrario de esas ideas: guerra, abatimiento, egoísmo, tristeza y odio.
Me apoyaré para destacar esos mensajes, en este soneto de la poetisa mejicana Alicia Delaval, que describe de una manera perfecta el ambiente que se debería respirar en Navidad, y dice así:
Haya paz en tu hogar, haya en tu mesa:
una hogaza de pan, de vino un vaso,
como el más regio don, en el abrazo
de la amistad, encuentres fortaleza.
De un amor ideal esté tu artesa
tan llena, que feliz te haga su lazo;
y sepas, de lo que halles a tu paso,
canto y miel extraer, luz y belleza.
Se renueven tu fe y tu esperanza
en el Dios que al nacer, trae una lanza
clavada en el costado. Amoroso
acto de entrega… Y por tantos bienes,
en esta Navidad sé generoso:
¡arráncale una espina de sus sienes!
Y después de estas maravillosas palabras, quisiera ir desgranando cada uno de estos mensajes desde lo general, a lo que para mi particularmente significan en el día más emblemático de la navidad abaranera.
Paz. La paz comienza con una sonrisa. -Madre Teresa de Calcuta.
Porqué no se hace? ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo?, (y a mí el primero que dicen que soy muy serio). Y si lo intentamos en nuestra vida cotidiana, poniendo nuestro granito de arena, contagiando a los demás esta forma de ser, de no querer enfrentarnos a los demás…Si, ya sé que habrá gente que prefiera lo contrario, la enemistad, pero nos iría mejor si ponemos la otra mejilla, como nos dijo Jesucristo. Y esto que lo podemos hacer a nivel personal, en nuestro entorno más cercano, lo podemos trasladar también a nuestros círculos de responsabilidad, en las instituciones, en las empresas, en las asociaciones, entenderemos que fácil y sencillo es llevarse bien, pensar en lo que no quiero que me hagan a mí para yo no hacerlo. Hay guerras por el mundo en casi todos los continentes, incluida Europa. Porqué?, pues porque se quieren imponer unos a otros por la fuerza, por el rechazo, por la intolerancia, todo esto está en el mensaje de Jesús, deberíamos leerlo y aplicarlo un poco más.
Esperanza. Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres. -Rabindranath Tagore.
Claro, la esperanza no hay nunca que perderla, ni en los momentos más delicados por cualquier motivo, salud, falta de trabajo, exclusión…Siempre habrá una luz que nos haga ver el final del túnel, habrá un amigo, habrá un familiar, un voluntario social, un religioso que nos haga ver esa luz ( y si no mirad como esas personas de forma desinteresada van a las zonas de conflicto o donde hay enfermedades como el Ébola a ayudar, a dar esperanza a los que no la tienen, o simplemente las personas voluntarias en los pueblos y ciudades que tanto ayudan a los más necesitados), por eso abrámonos a los demás a encontrar esa luz…y por supuesto, abrámonos a Jesús que siempre está ahí para que tiremos de él.
Generosidad. Dar hasta que duela y cuando duela dar todavía más. Madre Teresa de Calcuta.
Ayudar económicamente a las persona es necesario, pero el dar del que la religiosa habla es un dar de compañía, de comprensión, de estar al lado, de ayudar sin esperar nada a cambio, sólo por el hecho de dar al que lo necesite. En estos momentos en que sólo se oye hablar de corrupción, de robar a los demás en beneficio propio, es justo el momento de, con el ejemplo de Jesús, dar al que lo necesita, visitar a los enfermos que lo necesitan y no tienen con quien hablar, en fin desprendernos de nuestro egoísmo y ser más solidarios.
Alegría. La alegría del Señor es nuestra fuerza. Todos nosotros, si tenemos a Jesús dentro nuestro, debemos llevar la alegría como novedad al mundo. Madre Teresa de Calcuta.
¿Qué es mejor que ver a un niño alegre, verlo reír con esa mirada limpia de los niños? La alegría es fundamental para vivir, pero no una alegría impostada, no la alegría que intentan trasmitir los mensajes publicitarios, que lo único que quieren es vendernos un producto, sino la alegría del que vuelve a su pueblo por estas fechas, la de los que reciben a sus familiares que llevan tiempo sin verlos, la alegría del que hace una buena obra sin esperar nada a cambio, es decir la alegría verdadera. Como dijo el Papa Francisco en su primera exhortación apostólica titulada “Evangelii gaudium” (La alegría del Evangelio), “Hay que vivir con alegría las pequeñas cosas de la vida cotidiana (…). No te prives de pasar un buen día.”
Amor. La medida del amor es amar sin medida. -San Agustín
Amor, manida palabra, pero que deberíamos entregar a manos llenas, siguiendo el ejemplo de los magos y los pastores que llegaron hasta Belén con oro, incienso, mirra y cánticos para el Niño Jesús recién nacido. Y es que en la antigüedad nada era lo que parecía, las cosas carecían de valor en sí mismas, pero tenían un altísimo valor simbólico, que las gentes de ese tiempo sabían interpretar a la perfección.
De ahí, por ejemplo, que el Belén, representado por vez primera en la Nochebuena de 1223 por un monje llamado Francisco de Asís, que lo escenificó a su regreso de las Cruzadas en Tierra Santa, fuese mucho más que una mera representación de lo que pasó en Belén. Quienes contemplaron en aquel siglo XIII el pesebre, a Reyes Magos, a los pastores y a los animales que daban calor al niño, supieron que lo que impresionó al que sería San Francisco de Asís en la tierra que vio nacer a Jesús, fue precisamente el mensaje de amor que trajo consigo el Niño. Es sin lugar a dudas un sentimiento que vale la pena cultivar, demasiado importante, sin embargo, para reducirlo a la condición de sentimiento navideño. Demasiado indispensable. Es, la emoción que más nos humaniza y nos asemeja al niño Jesús.
Y ahora que hemos hablado de esos sentimiento en lo general, vamos a pasar a tocar el terreno de lo particular, de lo nuestro, y más en concreto de mis vivencias de esos sentimientos en el del Día del Niño en Abarán. Cierto que es que, previo a la noche donde celebramos el nacimiento de Jesús, las misas de gozo y la preparación de los belenes en los hogares pregonan la natividad en nuestro querido pueblo, que son momentos de estar en familia, (esos días siempre me llegan mis recuerdos infantiles de las cenas de Nochebuena en casa de mi abuelo José el Mulato, el despachando botellas de sidra, polvorones, peladillas y almendras rellenas y mi abuela asando la carne en la chimenea impregnando un olor en la casa que todavía recuerdo), por supuesto que es muy tradicional en nuestro pueblo la misa del gallo tan magistralmente cantada, que los reyes nos traen los regalos el mismo día 5 día de la cabalgata (aunque de pequeño bajaba el día 6 a la casa de mis abuelos Antonio y Elisa a recogerlos), pero ese día 6, en nuestro pueblo no es día de Reyes, sino el día del Niño, con letras muy mayúsculas y todo bascula en torno a la figura del niño Jesús y su entrada y adoración en todas las casas abiertas del pueblo, sin hablar de la peregrinación a hospitales de la región donde por una legión de voluntarios de la hermandad no falta un enfermo sin visitar ese día.
Como algunos de vosotros sabéis pertenezco a la Hermandad de la Ánimas desde 1988 acompañado los dos primeros años con Ezequiel, quien me enseñó las rutinas de la Hermandad (qué se dice al entrar, al salir de cada casa, por quién hay que empezar…) y después siempre por mi amigo José Antonio Gómez Amorós, haciendo la Calle Colón en el niño de la tarde. Ese recorrido (o cualquier otro de los que se hacen durante esa tarde-noche), donde mi hijo se estrenó un año, pero es mi hija la que sigue la tradición familiar, refleja para mí lo que es la navidad comentada en los sentimientos y mensajes anteriores y que aquí os quiero relatar.
Ya desde la salida de la tarde, donde cada año se congrega más gente, se vislumbra esa alegría de niños, adultos y mayores que se trasmitirá durante toda la tarde a la noche, casi no caben los niños en el altar ni los integrantes de la hermandad de las ánimas, y después de la bendición de los sacerdotes, volteo de campanas, pólvora a discreción, música y canto de villancicos en grandes corros a la puerta de la iglesia se produce la salida de los niños…momento muy emotivo.
Ya nos espera Feligrés para bajarnos en su coche al inicio de la calle Colón donde tras la traca habitual, sólo silenciada algún año tras la muerte de su padre, iniciamos un periplo por esas casas y escaleras (un total de 2.648 escalones) que durará unas cuatro horas y media en donde se resume intensamente esos sentimientos de paz, esperanza generosidad, alegría y amor que hemos comentado.
Y comienza mi amigo José Antonio, con pinta impecable y alforja vacía, recibiendo la generosidad de los abaraneros y visitantes después de decir la frase…”una limosna para las ánimas”. En las primeras casas que entramos vemos a esa pareja de ancianos, juntos los dos, cogidos de la mano, que reciben al niño en paz con el mundo, serenos, con la esperanza de que el niño vuelva a casa un año más y la alegría de ver a su familia alrededor de ellos, viendo el amor incipiente que su nieta pequeña siente por el primer novio que tiene.
Esos sentimientos se repiten en unas casas más arriba, esta vez un bloque de pisos (con muchas escaleras), donde empiezas por arriba y vas bajando, esperando en los rellanos de los pisos que toda la familia vaya saliendo de un piso para entrar en el otro, el hijo, el nieto, unos amigos que vienen de fuera, los patriarcas con dificultad van bajando esas escaleras año tras año, con la esperanza que su hijo menor ahora en el paro pueda encontrar trabajo en breve, la generosidad que se aprecia en su mesa con esos almendraos, escardaos, y alguna botellica de anís y otros licores, la alegría de un nuevo nieto recién nacido, que ni se inmuta con los villancicos cantados con salero por la pandilla de amigos de la nieta mayor (que ahora tiene 19 años pero que yo la vi recién nacida, la vi la Navidad en que le salieron los dientes, otra donde ya hablaba como un loro…) notamos el amor con que se mira al niño Jesús, porque en Abarán se le quiere con un amor desmesurado, y la paz en que se quedan los propietarios cuando todo el mundo sale de la casa….
Seguimos subiendo, porque en la Calle Colón o Camino Nuevo, como también se conoce, todo es cuesta y recuerdo algún año que Miguelico (secretario actual de la Hermandad de la Animas) me decía que no nos olvidáramos de subir por esos estrechos callejones que hay en la calle y que suben hasta viviendas que casi están ya en el Cabezo de la Cruz.
Hay años que entramos en casas donde sólo hay una persona esperando al niño, normalmente mayor, muy mayor, nos espera en la entrada de la casa, desprovista de muebles, de enseres, de cuadros, tampoco hay botellas de sidra ni mazapanes…, pero ahí está, sola hasta ese momento y que cuando el niño entra, la cara se le ilumina, se levanta de la silla, se atusa la ropa para recibirlo con alegría y lo coge con un amor y una paz inmensos que le darán fuerzas y esperanza para aguantar un año más, para que el niño vuelva a entrar en su casa.
Y seguimos subiendo la calle, a veces interrumpidos por las charangas que la llenan de gente agolpada a su alrededor en corros cantando los villancicos de siempre.
Recuerdo un año, 2010, el único que no pude estar llevando el niño, porque estaba trabajando en Estambul (Turquía) y que Pedro, un amigo de Alcantarilla que pocos años falta y Tonny Velin (marido de mi prima Ana Morte) junto a su hijo Pablo ayudaron y lo siguen haciendo, a completar el recorrido con José Antonio. Ese año, no podía pasar sin dejar de llevar el niño a alguna casa y con el niño que me dio mi madre para que nos protegiera en nuestra estancia turca, nos fuimos a casa de unos amigos y en Estambul, con los dulces típicos de allí y unos villancicos que días antes les había enviado la letra para que se los aprendieran, hicimos el ritual de frases y cánticos pero sobre todo, recuerdo emocionados a ellos, al ver en nosotros esos sentimientos de los que venimos hablando, a flor de piel. Un año después vinieron a Abarán en el día del Niño y se fueron sorprendidos por cómo vivimos aquí este día único.
Volvamos a la calle Colón un día del Niño cualquiera y sigamos subiendo esas escaleras que mi hija dice que son mucho más empinadas que las normales, (que lo son), esta vez el niño lo lleva ella y entramos en otra casa con mucha escandalera de jóvenes, niños y mayores, todos ya cantando, pero cuando se va pasando el niño para que lo besen todos, el respeto se impera, algunos lo quieren pasar, porque para ellos es un privilegio, en esta casa el sentimiento más desbordante es por supuesto la alegría, hay cuatro generaciones alrededor del niño, pero conforme vas pasando el niño, vas viendo la paz que reflejan los ojos de los mayores al tener a todos sus hijos alrededor, nunca mejor dicho, en paz, con la esperanza que al año próximo vuelvan a juntarse por estas fechas y cómo todos juntos, dicen un hasta el año que viene con todo el amor del que son capaces.
Ya estamos casi al fin de la calle, la última casa es donde nací, que supongo que por eso me encomendaron hacer ese recorrido cuando José Antonio el Chaleco me invitó a formar parte de la hermandad, y donde me espera mi familia y veo en el rostro de mis queridos padres el orgullo que sienten porque sea su hijo o su nieta los que les den a besar al niño, a ese niño que tanto quieren.
Han sido más de cuatro horas con los sentimientos a flor de piel, con la ilusión de estar al año próximo. Mi amigo José Antonio y yo siempre nos preguntamos al terminar… y el año que viene qué, y siempre decimos lo mismo… pues qué va a ser… a salir otra vez.
Sirva esta evocación de nuestro particular recorrido del día del Niño para homenajear todos los que hacen posible este día en cualquier recorrido de la tarde o de la noche y que acaba con ese encierro de madrugada, tan emotivo y que tenemos la obligación de preservar en la alegría pero dentro del respeto a los valores que nos enseñó Jesús.
En fin, de este devenir de lo general a lo particular, debo acabar aquí este sencillo y humilde pregón, no sin antes agradecer a los que motivaron mi presencia aquí, a Miguel López por su desinteresada ayuda, a los que colaboran para que todos los actos de la navidad abaranera mejoren año tras año, a mi familia, y a todos los aquí presentes por venir.
Espero que todos pasemos unas muy felices Navidades y que el 2015 venga con más paz, esperanza, generosidad, alegría y amor…
Muchas gracias…





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