Dormilón, uno de los astados de Cebada Gago que corrieron este jueves por las calles de Blanca, se convirtió en triste protagonista de una de las tardes más negras en la historia de tan populares encierros. Su fatal encuentro con Rafael, vecino de Blanca, acabó en tragedia al traducirse en seis cornadas que le provocaron graves heridas y acabaron con su vida. Era un buen hombre, un buen padre, un buen vecino y amigo. Le echaremos de menos.
El fatídico percance tuvo lugar en el inicio del recorrido (calle Barrionuevo). El primero de los novillos-toros que sale de los corrales resbala y cae, pero se recupera con rapidez y fija su vista en un espectador: Rafael. Éste, muy cerca de las tablas, en un lugar contrario al sentido por el que normalmente se conducen los astados, intenta ponerse a salvo encaramándose a ellas pero no lo consigue, recibiendo entonces la feroz embestida de ‘Dormilón’, el ejemplar número 96 de la ganadería de Cebada Gago, que se ensaña con el hombre y logra cornearle hasta en seis ocasiones, una de ellas interesándole la femoral, según informó en un primer avance el 112.
El herido fue trasladado de inicio a la enfermería habilitada en el Ayuntamiento de Blanca, donde recibió las primeras atenciones del cuadro médico que formaba el operativo sanitario encargado de cubrir el festejo, cuyos facultativos consiguieron detener la hemorragia en la femoral.
Minutos después se le derivó de urgencia hasta el Hospital Universitario ‘Virgen de la Arrixaca’, en Murcia, donde fue intervenido quirúrgicamente en una operación cercana a las cuatro horas de duración. «El paciente presentaba heridas en el hemitórax, abdomen, en las dos ingles, el recto, y la femoral. Tuvimos que reconstruir muchas de las partes dañadas. Hicimos todo lo posible, pero su estado era crítico», explicaba el doctor Pedro Galindo, uno de los especialistas en medicina taurina que atendieron al herido, primero en Blanca y luego en Murcia.
Tras la operación, el paciente quedó ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde, por desgracia, falleció al filo de la medianoche tras no poder superar las graves heridas.
Rafael I. M., de 55 años, era una persona muy conocida en su pueblo natal, Blanca, al igual que lo era en Abarán. Siempre con un cordial saludo y una sonrisa, desempeñaba su trabajo como vendedor del cupón de la ONCE. En nuestro municipio solía hacerlo de manera habitual en la Avda. de la Constitución y en las proximidades de los supermercados de la zona. Vaya desde aquí nuestras más sentidas condolencias a sus familiares, amigos y vecinos. D.E.P.
Mejora el otro herido
Por otra parte, el vecino de Ojós, Jesús G. L., de 27 años, herido también en este mismo encierro, presenta una evolución favorable.
Su cogida se produjo en las cercanías de la plaza de toros, ya casi al final del recorrido de los novillos-toros. Tras realizársele una primera cura en la enfermería de Blanca fue trasladado al Hospital de la Vega ‘Lorenzo Guirao, en Cieza, derivándolo esa misma noche al Hospital 'Morales Meseguer' de Murcia, donde fue intervenido de las cornadas que presentaba en el gemelo izquierdo y en el muslo, cerca de la ingle.
«Si no le llego a coger de los cuernos no sigo con vida», afirmaba con vehemencia el joven de Ojós en una entrevista concedida a nuestros compañeros del diario 'La Verdad' y que pueden ver aquí.
En breve les ofreceremos una galería de imágenes ambientadas en los momentos previos al inicio de este accidentado encierro...
Video recibido por mensajería electrónica. Autor desconocido
Declaraciones de Antonio Ríos, cirujano jefe del equipo de cirugía taurina que presta sus servicio en Blanca











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