El equipo de Atención Primaria del Centro de Salud de Calasparra, al que pertenece el abaranero José Antonio Pascual López, ha llevado a cabo un interesante estudio sobre el perfil de los usuarios de residencias geriátricas donde se recoge, entre otras cuestiones, que «la soledad es el principal motivo para el ingreso de los mayores en un geriátrico».
El estudio, que recientemente ha sido presentado en el Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos Rurales y Generalistas celebrado en Santiago de Compostela, y que próximamente se expondrá también en Praga, hace referencia, en una sus conclusiones, a que «la existencia de una problemática social que condiciona a la persona para vivir en su domicilio es el motivo fundamental para el ingreso en una residencia geriátrica, muy por encima de la patología neuropsiquiátrica y de una situación de dependencia física». En concreto, el régimen de ingreso puede ser, indistintamente, público o privado, y el motivo suele ser por una problemática social (48,75% frente a 24,6% dependencia física o 25,8% enfermedad neuropsiquiátrica).
El ambicioso proyecto, elaborado por un completo equipo multidisciplinar dirigido por el médico abaranero José Antonio Pascual López, permitió entrevistar a casi 600 pacientes en distintas residencias geriátricas de la Región situadas en Cieza, Calasparra, Altorreal (Molina) y Puente Tocinos, además de Redován, en Alicante). Los autores del estudio incluyeron a personas con distintos perfiles: público o privado, y de ámbito rural o urbano.
El trabajo recoge aspectos como género, edad, estancia media, estado civil, hijos, motivos del ingreso, financiación, grado de dependencia y patologías asociadas: alzhéimer, trastornos psiquiátricos, enfermedad cerebrovascular. También se detalla el uso de pañales y psicofármacos.
Aumenta la edad de ingreso
Entre las conclusiones del estudio se destaca que la mujer es más autónoma que el hombre. De hecho, ingresan más tarde, muy probablemente en relación con el mayor grado de autonomía que les proporciona el desempeño de las actividades básicas de la vida diaria (cocina, limpieza, etc). No obstante, este ingreso tardío tiene como consecuencia una mayor dependencia y un mayor porcentaje de demencia en general, y del alzhéimer en particular.
Igualmente, la edad de ingreso en una residencia «va aumentando con el tiempo, en relación con el aumento de esperanza y de la calidad de vida que ha ido experimentando la población». No existen diferencias significativas en cuanto a la estancia media atendiendo al motivo de ingreso. Los residentes que lo hacen por motivo social tienen menos hijos y suelen ser divorciados o solteros.
Así, el perfil del residente medio es una mujer (63%), con 82 años de edad y lleva cuatro institucionalizado. Está, mayoritariamente, en situación de viudedad (51,21%) frente a 14,6% de casados; 25,8% de solteros y 8,3% de divorciados. Y no tiene hijos o solo uno. Aquellos que presentan algún tipo de deterioro cognitivo patológico alcanzan el 55,88%, de los cuales un 22,93% de los residentes tienen alzhéimer; un 12,72% han sufrido un ictus y el 34 % algún tipo de trastorno psiquiátrico. Por otra parte, casi el 60% presenta una dependencia severa total; más del 70% usan pañales; y el 75%, psicofármacos.







Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.0