«En Blanca, con lluvia, el barrio del Café es 'más barro y menos café»

Los vecinos de Blanca con propiedades en el conocido como barrio del Café están que trinan, y no es para menos. Las intensas lluvias que pasadas las once de la noche del pasado jueves cayeron con fuerza en buena parte del Valle de Ricote dejaron hasta 67 litros por metro cuadrado en este municipio, lo que originó algunos incidentes de importancia, especialmente en la zona conocida como barrio del Café, «que se inunda cada vez que llueve, y ya llevamos tres sustos en menos de seis meses», recuerda uno de los afectados.

Tras la tormenta, los vecinos de este barrio mostraron su indignación y profundo malestar por el estado en el que han quedado sus inmuebles y fincas agrícolas, y han exigido «rebajar la rambla de San Roque, limpiarla y acometer cuantas actuaciones sean necesarias para que no se vuelvan a repetir este tipo de episodios». 

Uno de los que más ha elevado el tono de protesta y queja es Luis Fernández Rodríguez. El agua penetró en su vivienda hasta alcanzar casi un metro de altura y dañó seriamente armarios, camas, sofá, sillones, y otros utensilios, además de causar desperfectos en algunas fotos de gran valor sentimental para su familia, unos daños que ha cifrado en más de 3.000 euros. «Esto es una vergüenza, no hay derecho», repetía sin parar Luis, al tiempo que no paraba de criticar «la dejadez y pasividad tanto de la Confederación Hidrográfica del Segura como del Ayuntamiento de Blanca», a quienes culpa de esta situación.

Otro vecino, Antonio Palazón Ríos, recordó que «en junio de 2016 presentamos escrito acompañado de numerosas firmas denunciando la situación de dejadez y suciedad que presenta la Rambla de San Roque, pidiendo su limpieza y mantenimiento para evitar desastres venideros, así como un plan de actuación que garantice la accesibilidad a nuestras viviendas, pues nos quedamos incomunicados a causa del desbordamiento de la rambla a su paso por esta zona».

Idénticos argumentos mostró otro de los afectados, Rafael Yelo Molina, que, junto a familiares y amigos, se afanaba en achicar el agua que, por tercera vez en seis meses, se adentraba en su propiedad. «Ha sido un desastre, otra vez. Cuanto supimos la posibilidad de que lloviera con fuerza intentamos poner medios para intentar evitarlo. Pero es imposible. Y gracias a que un muro que hay aquí cerca cayó y el agua buscó salida por ahí, si no esto hubiera sido mucho peor», expresaba resignado.

A otra vecina, María Jesús Palazón, el agua acabó llevándose por delante los casi seis metros de muro de su finca agrícola, dejándola inundada y provocando que su perro estuviera a punto de morir ahogado.

«Estamos con el corazón en un puño cuando vemos el parte meteorológico y dan alerta por lluvias en esta zona. A ver si ya. de una vez por todas, tanto desde la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), como desde el Ayuntamiento de Blanca, se toman medidas y ponen solución a esto», es la petición unánime de los vecinos.