Una madre de Blanca, pareja de un abaranero, dona 213 litros de leche para 66 neonatos

Antes del nacimiento de su hijo Ian, el pasado 8 de marzo, y en las clases de preparto que impartía la abaranera Pilar Juliá, matrona de los centros de salud de Abarán y Blanca, a Cristina López le llamó la atención un cartel que rezaba 'Cada gota de leche salva vidas'. Esta frase la indujo a ser donante. Habló con su matrona y se puso en contacto con Almudena Pernas, del Banco Regional de Leche Materna, para realizar las pruebas y comprobar que su leche era apta. «Como mi hijo no se enganchaba, le daba leche materna y biberón, hasta que me percaté que producía más de la que el niño tomaba. De ahí que empezase a congelar bolsas», cuenta.

Era tal la cantidad de leche que acabó donando 15 litros a la semana durante cuatro meses. En total, 213 litros que han alimentado a 66 neonatos. Esta bonita y altruista acción le ha supuesto la entrega de un diploma de agradecimiento del Banco de Leche de la Región de Murcia, en el que se le agradece «el gran esfuerzo y generosidad». Con este gesto «has contribuido a mejorar el pronóstico de bebés prematuros o con necesidades especiales, algo de lo que debes sentirte muy orgullosa. En nuestro nombre y en el de los bebés y sus familias, muchísimas gracias», se puede leer en el escrito de reconocimiento.

El caso de Cristina López es único en los últimos años en la Región de Murcia. Desde La Arrixaca se desplazan una vez a la semana a su domicilio a recoger las bolsas de leche congeladas depositadas en neveras. En su vivienda hay almacenados 20 litros, más otros 25 en casa de sus suegros.

Con ayuda familiar

Cristina vive con su pareja, Arturo Monxó Yelo, natural de Abarán, de 34 años, con quien se vuelca en elogios. «Nos conocimos en 2008 y su ayuda es fundamental». Viven en alquiler en Blanca desde hace cuatro años, y solo cuentan con la ayuda familiar que percibe Cristina, de apenas 430 euros, además de la que les prestan los padres de él, que son abaraneros. Arturo trabajaba como carnicero, aunque actualmente está sin trabajo y a la espera de una operación.

Cristina se muestra muy orgullosa y satisfecha porque «gracias a mi leche rica en calcio y nutrientes se han salvado muchas vidas y ahorrado muchas operaciones a niños con poquísimo peso», dice esta altruista donante, y lanza un mensaje de concienciación «a aquellas madres que tengan suficientes reservas de leche para que no la tiren y la donen al banco de leche, pues así salvarán vidas y harán felices a muchas personas».