
![[Img #35265]](https://abarandiaadia.com/upload/images/06_2021/754_img_23866.jpg)
Escribo estas líneas con el eco aún reciente del aplauso largo y masivo ofrecido por cientos de personas para darle el último adiós a un gran hombre y a un gran abaranero, Joaquín Fernández, que se fue de forma repentina sin poder despedirse de tanta gente a la que conocía y que lo apreciaba y admiraba.
No, no era un hombre de grandes medios económicos ni de importantes titulaciones académicas, sino un hombre sencillo que vivía de su trabajo cuidando la estética capilar de la gente. A pesar de ello, se ganó en su vida el cariño de todo el pueblo y bien que se ha demostrado en su duelo.
Y es que el secreto de Joaquín fue poner sus talentos al servicio de su pueblo dándonos un ejemplo de ciudadano ejemplar, de abaranero comprometido con su pueblo, en una actitud de servicio que ojalá nos sirviera como ejemplo a todos los que quedamos aquí.
Porque, como he mantenido en muchas ocasiones, uno de los secretos para que un pueblo avance, al margen del acierto o desacierto de quienes conducen el timón, es que cada uno de los ciudadanos ponga sus capacidades al servicio de la comunidad, ofrezcan sus aptitudes para el aprovechamiento de sus paisanos.
Y eso fue lo que vino haciendo Joaquín desde hace ya años, pues ha estado siempre disponible para todo aquel que haya necesitado de sus aptitudes que se movían en el ámbito del teatro, de la interpretación dramática en sentido amplio. Y lo hemos visto de Rey Mago en el concierto de Navidad de la Banda, y de Caifás en el Auto del Prendimiento, y de narrador en mil eventos, y de personaje de zarzuela y de actor en el grupo escénico ARTE y en tantas otras ocasiones como se le han brindado de estar en el escenario disfrutando y haciendo disfrutar a todos.
Es verdad que nadie es imprescindible en esta vida, pero también es verdad que en el devenir de un pueblo hay personas muy necesarias y a las que cuesta trabajo ocupar el hueco que dejan al marcharse para siempre. Este es el caso de este artista de la escena que se ha marchado de manera tan repentina como inesperada.
Ya no va a subirse a ningún escenario, ya no va a recibir los aplausos del público, pero sí que nos ha dejado un ejemplo a seguir, el ejemplo de abaranero dispuesto siempre a decir que sí cuando se trataba de hacer algo en, por, ante y para su pueblo.
Descanse en paz
José S. Carrasco
Cronista Oficial de Abarán







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