Juanita Erena: «Nos tenemos que creer que nuestra Semana Santa es la mejor»

Aunque nacida en la localidad jienense de Úbeda, Juanita se siente una abaranera más. «Aquí nunca me sentí forastera, siempre he sido mimada y respetada. He sido y soy abaranera, esta mi tierra, esta es mi casa» decía esta «abaranera de corazón», como la definió el presidente de la Junta Local de Hermandades, Roberto Gómez, en su presentación.

En su discurso, repleto de recuerdos, vivencias, sentimientos y emociones, no faltó una petición personal: mayor colaboración y respeto para los desfiles procesionales. «Debemos meternos de lleno en la Semana Santa; debemos ser respetuosos al paso de los desfiles pasionarios. Hay familias enteras que sacrifican muchos días del año en preparar la Semana Santa, que trabajan codo con codo para que los tronos, las imágenes, y todo lo relacionado con los desfiles, sea perfecto. Pero para que nuestra Semana Santa siga así es necesario que todos colaboremos de una forma u otra».

Uno de los momentos más emotivos llegó con el recuerdo hacia algunas de las personas implicadas con nuestros desfiles pasionarios y fallecidas en los últimos meses. «‘Juanita Templado’, que en el balcón del cielo seguro está preparada para cantarle una saeta a Dios. ‘Pili’, con su puesto de flores o adornando un trono o quizás organizando a las mujeres de Jerusalén en la representación del Lunes Santo. ‘Cesar’, al que quizás el mismo Poncio Pilato tendría envidia por su porte y elegancia en los desfiles. ‘María’, que con tanto mimo vestía a la Virgen todos los años. Y tantas otras personas anónimas que nos dejan cada año y que tanto han aportado a nuestros desfiles de Semana Santa», expresaba Juanita, que recibió condecoraciones y recuerdos por parte de la Junta de Hermandades, Ayuntamiento de Abarán, y de la Hermandad del Silencio.

Agradecimientos

Como ya viene siendo habitual, aprovechando este acto algunas hermandades rindieron reconocimiento público a algunos de sus integrantes, y en esta ocasión fueron las siguientes:
 

Desde la Hermandad de la Flagelación, a Pilar Carrelón Cañavera, a título póstumo. Lo recogió su hija Erika.
 

Y por parte de la Hermandad de La Verónica, a Juan José Sánchez Gómez, por su dedicación.