Ya ha pasado más de una semana de la eliminación de La Roja a manos de Rusia, significando esto el final del camino mundialista para la selección hispana después de su fracaso en el 2014 con Del Bosque, generando una continuación de la Maldición de Campeones que se venía acrecentando desde Francia en el Mundial de 2002.
Y es que, si recordamos cuatro de los campeones del mundo han sido eliminados en la edición posterior a conseguirla en fase de grupos, pasando de la gloria máxima al mediocre fracaso, denotando un fútbol pobre y siendo apabullados por la crítica. Retrocediendo a 2010 podemos rememorar la salida de Italia después del empate a 1 con Nueva Zelanda. También, en 2014 el adiós a los nuestros comenzando con el 1-5 ante Holanda y finalmente la gran Alemania de Low en esta edición con el 0-2 ante los coreanos.
No obstante, España se supo acrecentar a pesar de las adversidades que venían desde hace 4 años y se metió de lleno en un Mundial donde se esperaba mucho de una de las mejores plantillas del mundo. Contemplando el inicio, la RFEF tomó la decisión de destituir a Lopetegui por negociaciones sin conocimiento con el Real Madrid y se manifestó con su total apoyo a Fernando Hierro, el suplente elegido para gestionar la plantilla.
Comenzaba así el camino de gloria que únicamente pudo llegar a octavos, pasando primero de grupos por la debacle de Portugal ante Irán y el empate milagroso de Aspas a Marruecos gracias al VAR. Sin embargo, todos sabían que el equipo de Iniesta, Ramos, Pique, Costa, Silva y demás no estaba dando el rendimiento que se esperaba, muy por debajo de las espectativas.
Llegaba el encuentro de eliminación y este podía ser el inicio de una nueva cara para la selección, donde se esperaba una superioridad tremenda en el marcador más allá del rivalanfitrión, pero el resultado dejó a todos menos a españoles soprendidos: España quedó retratada en su estilo de juego, con más de mil pases ejecutados, pero solo un gol (autogol) a favor.
Consecuente con el empate de los locales desde los doce pasos, se esperaba un equipo que abriera espacios, tuviera llegada y definiera como había hecho en primera ronda. Aun así, no contaban con el planteamiento de Cherchesov y un once completamente cerrado, sin aras de buscar la contra y dejando pasar el tiempo, donde los penales dictaran sentencia.
Se puede destacar el “despertar” del equipo en el tiempo extra, con llegadas de Rodrigo Moreno, Isco pero la táctica rival y el guardameta Akinfeev no permitieron una pelota más dentro de ninguna red ese día en tiempo regular. Finalmente, la lotería llamada penales dejó el partido terminado: España quedaba fuera.
En el por venir de la selección hay que destacar las fallas que dejó el modelo de Aragonés- Del Bosque. El estilo del “Tiki-taka” se volvió conocido y predecible, permitiendo a los rivales generar estrategias eficientes a la hora de anularlo y tuvieron que pasar los años para que el mismo cuerpo técnico se diera cuenta.
Ahora bien, con la llegada de Luis Enrique se espera que el conjunto español vuelva a la gloria futbolística, mediante un cambio de estrategia, de recursos y por supuesto de imagen, donde el país que posee un talento y una generación de oro vuelva a brillar y pueda (seguramente) alzar su segunda Copa Del Mundo.





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