Otro de los panteones asaltadosHasta cinco familias tuvieron que resignarse y soportar la impotencia de conocer este martes cómo alguna persona -por llamar de algún modo a quien ha sido capaz de esta atrocidad-, había profanado sus panteones en el Cementerio Municipal de Abarán y sustraído las imágenes del Niño Jesús que había en cada uno de ellos. Se trata, en todos los casos, de tallas vestidas, de gran valor sentimental para sus propietarios y cuya sustracción era conocida, para más inri, en la víspera del 6 de enero, día grande en nuestra localidad pese a que, por primera vez en 100 años, Abarán no podrá sacar a la calle este año las imágenes del Niño Jesús debido a la pandemia.
Con una mezcla de disgusto e indignación se conocía al inicio de la mañana el primero de los robos, el ocurrido en el panteón de la familia Gómez-Martínez. El insólito expolio era conocido cuando un familiar, que suele acercarse por allí con asiduidad, descubría la puerta forzada y echaba en falta la imagen.
La familia, tras presentar denuncia ante la Guardia Civil, comenzó a difundir a través de redes sociales una imagen de la talla robada en un intento de poder recuperarla.

Aparecen otros dos casos más
Nada más conocerse la noticia, su pronta difusión motivó que no pocas familias decidieran acercarse hasta el camposanto abaranero para cerciorarse de que sus propiedades no habían corrido la misma suerte, aunque, desgraciadamente, algunas tuvieron que pasar por el mismo trance.
A escasos metros del panteón donde se descubrió el primer robo pronto se conocían dos más, y, al igual que en el primer caso, con el mismo modus operandi: una sutil apertura de la puerta dañándola lo menos posible y utilizando para ello la herramienta adecuada. Robo de la imagen, sin tocar nada más, y dejando a continuación la puerta encajada de nuevo para que nada hiciera sospechar de lo ocurrido. Un trabajo fino.
«Me duele más que si hubieran robado en mi casa», confesaba otra de las afectadas por estos robos. «Está claro que venían a por la imagen, porque había otros objetos más valiosos y no los han tocado», añadía.
Una patrulla de la Policía Local se personó allí entonces para interesarse por los nuevos descubrimientos, y, junto al encargado del cementerio, inspeccionaron los panteones próximos a los asaltados en busca de otros que pudieran encontrarse en la misma situación, pero al no descubrirse ninguno más y la cercanía entre sí de los que habían sido objeto de los robos hizo pensar que la cosa había quedado ahí. Nada más lejos de la realidad.

«Vengo a llevarme a mi Niño, ya no me fio»
Ángel, el encargado del recinto, decidió seguir ojeando los panteones cercanos a donde se habían cometido los robos, y, aunque ya un poco más lejos de esa zona, pronto descubrió la falta de otro niño (ya era el cuarto), y como la puerta de otro panteón, en este caso en la zona alta del cementerio, aparecía forzada, aunque esta vez alguien tuvo que esforzarse a fondo y tomarse su tiempo para conseguir vencer la oposición que presentaba la robusta cerradura de hierro que la protegía. Se desconoce si en este caso se llegaron a llevar algo.
Y ya cuando estaba oscureciendo, la propietaria de otro panteón era quien alertaba del quinto de los robos. Otro Niño vestido que había desaparecido de su lugar en otro alarde de destreza de quien se lo llevó, que, con sumo cuidado y sin llegar a abrir la puerta del todo, logró apoderarse de la imagen.
Mientras tanto, los propietarios de otros panteones en los que también se cuenta con imágenes del Niño Jesús -sabida la gran devoción que los vecinos de Abarán tenemos hacia esta figura del hijo de Dios-, acudieron con celeridad y pudieron respirar aliviados al comprobar que estas se encontraban en su lugar, aunque hubo quien decidió entonces llevársela a casa ante el temor de que los autores de los robos pudieran volver a hacer de las suyas. «Yo ya no me fio, me lo llevo de momento a mi casa y no sé si volveré a traerlo cuando todo esto se aclare», nos decía uno de ellos.
No se descarta que hoy se descubran más robos
Es presumible que a lo largo de esta mañana y de esta tarde sean también bastantes las personas que se acerquen hasta el cementerio municipal para visitar sus panteones e interesarse por su estado, sobre todo aquellos quienes tengan en ellos imágenes del Niño Jesús u otras. Y no sería de extrañar que se pueda llegar a descubrir otros robos y que el número de imágenes desaparecidas aumente, aunque ojalá que no sea así y que, al contrario, se puedan recuperar más bien pronto que tarde, las robadas.








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