Los vecinos de 'La Asomada' en alerta ante los asaltos que sufren en sus viviendas

Los vecinos con propiedades en los parajes abaraneros de 'La Asomada' y 'El Rulete' están viviendo en estos últimos días con la incertidumbre de saberse el blanco de los amigos de lo ajeno. Son al menos cinco las casas de campo que han recibido ya esta indeseable visita en lo que llevamos de diciembre, aunque, en la mayoría de los casos conocidos, los asaltantes -por fortuna-, ni siquiera han logrado adentrarse en los inmuebles.

Según fuentes consultadas, solo en dos de las ocasiones los cacos consiguieron sobrepasar las medidas de protección de las casas y pudieron entrar en ellas. En uno de estos sucesos, tras hacer añicos el cristal de una ventana, acceder al interior de la vivienda y ponerla toda 'patas arriba', el único botín fue una videoconsola.

En otro suceso, tras arrancar la reja de una ventana, los delincuentes recorrieron todas las habitaciones rebuscando en los armarios y cajones, aunque finalmente se fueron con las manos vacías.

En las otras ocasiones la suerte estuvo del lado de los propietarios ya que los planes de los amigos de lo ajeno quedaron frustrados por uno u otro motivo: en una ocasión fueron unos agricultores que trabajaban por la zona quienes, al oír ruidos extraños y acercarse a ver qué sucedía, lograron que los cacos pusieran pies en polvorosa; en otra fueron los propietarios quienes regresaron a casa y, con su llegada, desbarataron el robo aun cuando los ladrones ya habían comenzado a intentar abrirse hueco forzando la reja de una ventana; y en otra de las ocasiones igualmente el asalto se quedó en el intento.

«En todos los casos los sucesos ocurren cuando las viviendas están deshabitadas. Y nos llama la atención que, por poner un ejemplo, los moradores de una de ellas (que la habitan durante todo el año), salgan un par de horas a hacer unos recados y sea precisamente en ese tiempo cuando les intentan robar», comenta uno de los afectados.

Las fuerzas de seguridad, que han aumentado su presencia en la zona, y los propios vecinos, a través de comunicaciones de aviso por mensajería instantánea, permanecen atentos a cualquier movimiento sospechoso que se vislumbre por el entorno en un intento de evitar que vuelvan a producirse episodios de este tipo.