
Tras su entrevista con Sonsoles Ónega en Antena 3, la joven de Abarán que padece neurofibromatosis, lleva su testimonio de superación y lucha contra el acoso al informativo matinal de 7 Región de Murcia
Inma Lucas, la joven abaranera de 22 años que padece neurofibromatosis, una enfermedad rara hereditaria que se manifiesta en forma de tumores benignos, manchas y bultos en la piel, ha vuelto a compartir su poderoso testimonio a través de la pequeña pantalla. Tras su paso por los estudios de Antena 3, donde fue entrevistada por la periodista Sonsoles Ónega, Inma ha llevado este jueves su historia de vida y superación al informativo matinal de la Televisión Autonómica 7 Región de Murcia, donde conversó con la periodista Isabel María Sánchez.
Con la entereza y la sonrisa que la caracterizan, Inma desgranó ante los espectadores una vida marcada por la convivencia con una enfermedad con la que nació y que le ha supuesto 23 intervenciones quirúrgicas desde que cumplió los 6 años, pero, sobre todo, una lucha incansable contra el estigma, las miradas y el acoso escolar.
Una infancia marcada por la soledad y el acoso
En un momento de la entrevista, nuestra paisana reveló la profunda soledad que vivió durante su infancia. «Hasta segundo de la ESO no supe lo que era tener un amigo», confesó, relatando cómo los recreos los pasaba sola y cómo las burlas de sus compañeros eran una constante. «Siempre lo he pasado sola porque siempre me señalaban, me insultaban, y yo me callaba». Fue su hermano quien, al darse cuenta de esas conductas, «empezó a sacar las garras», enfrentándose a quienes se metían con su hermana.
Inma también se refirió al doloroso papel de algunos adultos. «Había padres que justificaban las burlas de sus hijos», explicó, llegando al extremo de que «muchas madres decían a sus hijos que no se juntaran conmigo, que lo mío se pegaba».
23 operaciones y la fuerza para seguir
La neurofibromatosis de Inma comenzó a hacerse visible a los 30 meses de edad. «A mí cuando nací me notaban como bultitos del tamaño de un grano de arroz», contó. La enfermedad fue extendiéndose «hasta el punto de que se me desviaba la tráquea», lo que motivó el inicio de un largo periplo quirúrgico siendo apenas una niña. Soportar 23 operaciones requiere, según sus palabras, «mucha fuerza», ya que las recuperaciones son «muy difíciles», detalló.
Su familia como pilar fundamental:
Ante la adversidad, el apoyo de su familia ha sido su mayor fortaleza. Durante la entrevista habló con especial cariño de su madre, quien también padece la enfermedad, pero no estaba diagnosticada, y de su abuela. «Mi madre y mi abuela… las dos son todo para mí», afirmó, destacando su apoyo incondicional a nivel emocional.
«Me miré al espejo y lo vi como algo único»
El camino hacia la autoaceptación no fue fácil, pero Inma lo consiguió. Explicó que, tras años de burlas, llegó un día crucial: «Me miré al espejo y dije: pero si a pesar de tenerlo, yo me lo veo como algo único en mí. Es una enfermedad, pero lo veo como algo único y es algo que convive en mí. Y ahí aprendí a valorarme y a decir: Es lo que hay». Un proceso que, subrayó, logró «yo sola con ayuda de mi familia».
Hoy se ve «guapa» y le apetece arreglarse «como a cualquier joven de mi edad», demostrando así una alta autoestima.
Ayudar a miles de personas
Inma reveló el origen de su presencia en redes sociales, donde se ha convertido en un referente de superación. Fue en una consulta del cirujano, al ver «a una niña que tenía mi enfermedad, pero la tenía por todo el cuerpo» Entonces pensó: «Jolín, ¿y por qué me quejo yo de cómo estoy? Soy una privilegiada». Aquel día hizo un vídeo para TikTok que se hizo viral, y desde entonces no ha parado. «Vi cómo la gente empezaba a darme su apoyo, y eso comenzó a subirme la autoestima».
Un mensaje de esperanza
Cuando se le pregunta por su mensaje para quienes pasan por situaciones similares, Inma no duda: «Que se quieran muchísimo, que valemos muchísimo como personas y que disfruten de la vida».
Su sueño de futuro está alineado con su ejemplo de vida: sacarse el grado de Integración Social «para intentar ayudar a más gente que esté peor que yo y hacer todo lo que pueda y más».
Con esa fuerza contagiosa, esta joven abaranera vive su vida no como una víctima, sino como una triunfadora, dejando un mensaje imborrable de resiliencia, amor propio y la convicción de que nuestra mayor fortaleza, a menudo, nace de nuestras heridas más profundas.















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