Bajo el titular ‘El rabo, ¿gato por liebre?’, el diario la Verdad recoge en su edición de hoy jueves una información firmada por el periodista Juan Ruiz en la que se abordan temas relativos a la comercialización de la carne de toro de lidia, una actividad empresarial en la que cada vez cobra mayor protagonismo una firma abaranera: Supermercados Sandi.
Según esta información, no hay suficientes toros de lidia para abastecer a todos los restaurantes de la Región que estarían interesados en ofertar este tipo de carne a sus clientes. «Algunos locales sirven en sus mesas rabos de ternera, de canguro o incluso cuellos de avestruz», denuncian los carniceros.
El toro acaba de morir en el ruedo de la Plaza de Toros ‘La Condomina’, en Murcia. Es lunes de feria y las mulillas se acercan al bravo animal para sacarlo del coso y llevarlo hasta el desolladero. Allí espera Raúl Tornero, gerente de Supermercados Sandi, junto a cuatro operarios de Martínez y Fajardo, un reconocido matadero de Hellín (Albacete). Es la hora de desollar un astado lidiado por Julián López 'El Juli'. Los profesionales comienzan a trabajar una vez que las mulas abandonan el lugar. Lo primero que hacen es quitarle la piel y los despojos a la res. Después, lavan la canal con abundante agua. En menos de veinte minutos la carne del toro ya está limpia y lista para ser trasladada a una sala de tratamiento en Abarán. Allí se realizarán las pruebas sanitarias pertinentes para certificar que la carne está en perfecto estado.
Este producto suele empezar a servirse «el día después de la corrida, sobre las seis de la mañana y siempre y cuando haya pasado todos los controles reglamentarios», señalan desde Supermercados Sandi. Muchos restaurantes de la Región presumen de servir en sus mesas estofados elaborados con los rabos de las reses que se lidiaron el día anterior en el coso murciano. Sin embargo, éste es un hecho improbable, ya que tienen que pasar un par de días para que la carne esté compacta y tierna. «Hay mucha mentira en este sentido. Solo se lidian seis toros en una corrida. Algunos restaurantes sí tienen los rabos de los toros de la feria, pero otros sirven la mayoría de veces rabo de vaca de Nueva Zelanda», asegura Tornero, quien tiene el privilegio de comprar a Ángel Bernal la carne para posteriormente comercializarla.
«No hay rabos de toro para todos los locales. Por este motivo, se llegan a servir estofados con cuellos de avestruz o rabos de canguro», explican los expertos en materia cárnica, y lamentan que estos hechos se sigan produciendo. «También hay que decir que muchos bares sí advierten al comensal de que la carne que se va a comer no es la de un toro de lidia, sino de una vaca», reconocen.
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