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José S. Carrasco Molina

«Hay que remangarse y ponerse manos a la obra, por y para Abarán»

José S. Carrasco Molina | 1880 4 Lunes, 04 de Febrero de 2019 Tiempo de lectura:

DE LA ILUSIÓN A LA ACCIÓN

 

Hace unas semanas publiqué un artículo que tuvo una repercusión mucho mayor de lo que yo pensaba, en el que trataba sobre cómo Abarán se estaba despoblando pero no solo de gente sino también de ilusión. Y en él defendía la necesidad de ilusionarnos con el pueblo en el que hemos visto la luz y vivimos pues tiene muchas posibilidades y encantos que no siempre reconocemos. Habría que pasar del lamento (“esto es un cementerio”) a la ilusión (“este pueblo merece la pena”).

 

Pero habría que dar un tercer paso si queremos levantar este pueblo que se encuentra atravesando más que una crisis económica o social o política, una crisis que yo llamaría “anímica”.

 

Y es que es bueno volver a ilusionarnos, a darnos cuenta de todo lo bueno que encierra este pueblo en sus paisajes, sus costumbres, sus gentes…pero de esta ilusión hay que pasar a la acción, pues por muy ilusionados que estemos con lo nuestro, por muy orgullosos que volvamos  a estar de este rincón del Valle, si nos quedamos con los brazos cruzados, poco vamos a conseguir, poco va  a avanzar Abarán.

 

Hay que pasar a la acción, es decir, hay que remangarse y ponerse manos a la obra para así remover esta sociedad que se encuentra tan baja de ánimo y de iniciativas.

 

Y para ello no hay que ponerse a estudiar o hacer malabarismos, no hacen falta grandes inversiones de dinero, sino simplemente poner en juego cada uno aquello que sepa hacer, aquello para lo que tenga aptitudes y hacerlo todos de forma desinteresada y al margen de colores políticos o de ningún otro tipo.

 

Y aquí cada uno tenemos nuestros talentos, nadie es más que nadie por muchos títulos que tenga, y se trata de poner esos talentos al servicio de Abarán. Y hay quien sabe cantar o tocar un instrumento o escribir o hacer bolillo o bailar o pintar o hacer manualidades o actuar en un escenario con soltura o hacer buenas fotos .… o tantas otras actividades que podrían abarcar todos los ámbitos de la vida de un pueblo como el nuestro que tiene una gran virtud y es que, cuando oye un cohete, se moviliza. Pues todos tenemos la posibilidad de lanzar ese cohete y tenemos que estar dispuestos a lanzarlo siempre. Porque ocurre que hay quien solo organiza, colabora o  participa en las cosas del pueblo cuando gobiernan los suyos y, cuando no lo hacen, se echan atrás y se limitan a la crítica y no siempre constructiva. Hay que estar disponibles al margen de los ayuntamientos. No podemos ver la realidad del pueblo con los cristales coloreados; hay que verla con cristales transparentes y poner al servicio de pueblo lo que cada uno sepa hacer, mande quien mande.

 

Gaiteros, músicos, giganteros, zarzueleros, amas de casa, cofrades, animeros, papelilleros, estudiosos de la historia, deportistas, cantantes… formamos un ejército de abaraneros capaz de darle a un pueblo la vuelta.

 

Para que no se quede todo en el plano teórico, tenemos pronto una ocasión para remover el pueblo y revitalizar una costumbre que en la Región y en muchos kms. a la redonda no se conoce pues es casi exclusivamente nuestra: los muñecos para partir la Cuaresma. Eso, si llegara a generalizarse, podría ser un evento atrayente (en Alhama hay algo parecido declarado de Interés Turístico). Habría que conjugar colegios, amas de casa y otras asociaciones para hacer algo tan sencillo como vestir un muñeco y ponerlo en el balcón. Y ello podría incluso dar lugar a algún concurso u otras iniciativas que podrían prolongarse hasta un fin de semana y así pondríamos en valor una costumbre muy nuestra desconocida en todos los pueblos de nuestro entorno cada jueves después del tercer domingo de cuaresma.

 

 

[Img #26856]

 

 

Y, al igual que revitalizar esta tradición tan nuestra y en peligro de desaparecer, ¿por qué no intentar darle vida a la Ermita (una joya que no valoramos lo que se merece) al menos un domingo al mes? Hay en el pueblo las suficientes asociaciones, clubes, grupos musicales…, para revitalizar no solo la Ermita sino el pueblo en general al menos una vez al mes. Los poderes públicos solo deben invitar, coordinar e implicarles a ellos y a  todos los abaraneros en esta compleja pero apasionante tarea de hacer que Abarán lata con más fuerza, vibre con mayor ímpetu, se movilice con más pasión… y, algo que es gratis, que la gente salga a la calle, aunque para ello hay que facilitar que se pueda pasear sin peligro y con cierta comodidad. ¿Es tan costoso convertir en peatonales algunas calles aunque sea solo los días festivos?

 

Pues todo eso, toda esa empresa de darle más movimiento a un pueblo que, a lo largo de su historia ha sido ejemplo de vida, de iniciativa y actividad, debemos llevarla a cabo, en gran medida, los ciudadanos, desde abajo, si de verdad queremos que este pueblo dé de sí todo lo que puede dar, que es mucho. Y si lo logramos no ganará nadie en particular, ganaremos todos y, ganando todos, ganará Abarán, el pueblo que nos ha regalado la vida.

 

(José S. Carrasco Molina)

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