
Bajo un cielo gris que dejó caer algunas gotas y, por momentos, algún mal presagio, meteorológicamente hablando, Abarán vivió este domingo uno de los momentos más emotivos de su Semana Santa: la Procesión del Encuentro, la más corta en recorrido -este año ampliado al partir desde la Ermita-, pero la que más emoción concentra por metro cuadrado.
En una abarrotada plaza Vieja, que momentos antes de que partiera el cortejo procesional se llenó de paraguas, la Virgen María fue desprovista de su manto negro cuando, en la tercera reverencia, la Madre se encontró con su Hijo Resucitado en un acto repleto de simbolismo que, hasta el sol, que asomó entre las nubes en ese instante, quiso presenciar.
«Es maravilloso ver culminar así la Semana Santa en Abarán, con un Encuentro que roba el aliento cuando se va haciendo el silencio, que hace que el corazón lata más deprisa esperando el momento cumbre, y que enjuaga los ojos cuando el bullicio se desata en alegría con el volar de las palomas que anuncian que Jesús ha vuelto a la vida. ¡Maravilloso!», nos relataba Ginés, vecino de Ceutí, que por primera lo presenciaba en directo. «Sin duda, el año que viene, si Dios quiere, aquí estaré de nuevo. Lo había visto en Internet, pero nada en comparación con lo que se siente al presenciarlo tan de cerca». Que así sea. Aquí te esperamos, con los brazos abiertos.
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