
La barriada abaranera de la Virgen del Oro ha tenido este año un pregón cargado de autenticidad y cariño hacia este popular barrio. Josefa Turpín Pérez, vecina de toda la vida de este lugar, fue la encargada de dar el pistoletazo de salida a las fiestas en un acto que tuvo lugar el pasado viernes en los minutos previos a la coronación de las reinas de las fiestas.
Con su voz cálida y cercana, a veces rota por la emoción del momento, la pregonera, llevó al público por un viaje en el tiempo: «La barriada Virgen del Oro no es solo un lugar, es el latido de nuestra infancia, el refugio de nuestras risas», dijo, mientras recordaba anécdotas de su infancia y relataba cómo ha ido cambiando el barrio y desapareciendo «las calles de tierra que se convertían en barrizales».
Josefa, conocida por su labor como maestra, se define como «una mujer sencilla, amante de la naturaleza, de los paseos al aire libre y de la lectura». En su presentación destacó que «la familia, la amistad y el respeto son valores primordiales» en su vida, y confesó con humor que «el chocolate es uno de sus pequeños placeres diarios».
Con una larga trayectoria profesional a sus espaldas, la pregonera ha dedicado «mucho tiempo y cariño» a su trabajo como docente, convencida de que «cada día es una oportunidad para sembrar algo bueno en sus alumnos». Este mismo espíritu positivo y cercano fue el que transmitió en su pregón, declarando abiertamente su amor por la barriada Virgen del Oro, a la que lleva en el corazón.
Este evento, presentado por Laura y Jose, continuó con el acto de coronación de las reinas, que, en su modalidad infantil, contó con Valentina Ferrer Saorín, reina de la elegancia, y Dazne Martínez Candel, reina de la simpatía, quienes robaron sonrisas con su espontaneidad.
Julia Moreno Carrillo, como reina juvenil, y Resurrección Torres Fernández, como reina de la edad de oro, también recibieron, entre aplausos, sus coronas y bandas alegóricas.
El alcalde, Jesús Gómez Montiel, cerrando la parte institucional del acto, destacó la «bendita sencillez» de la pregonera, y recordó con cariño al querido sacerdote Antoñico de la Esperanza, figura clave de esta barriada. Antes, la concejala de Festejos, Fátima Candel, agradeció al alcalde pedáneo, Antonio Moreno, y a la comisión de fiestas, su trabajo para crear «días de alegría y convivencia».
La gala terminó con un baile entre reinas y un brindis simbólico para dar inicio a las fiestas de una barriada donde «cada calle guarda una historia… y cada vecino es familia».
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.164