
El recinto de la Plaza Vieja vivió anoche otro de esos momentos para el recuerdo, con un emocionante y emocionado pregón de José Antonio Pascual López convertido en una declaración de amor a Abarán. El acto sirvió también, como viene haciéndose en los últimos años, para presentar públicamente a la reina de las fiestas y su corte de honor.
Tras una breve intervención de Pedro Morente, que le definió como «buen samaritano, cocinillas y, sobre todo, abaranero militante y buena persona», José Antonio Pascual habló con el corazón en lo que fue un profundo homenaje a sus raíces, su familia y la identidad colectiva de Abarán.
Comenzó presentándose no solo por su nombre, sino por sus apodos familiares (Catre y Cojo), que fusionó en Catrecojo, un símbolo de su herencia y su personalidad. Reivindicó el Cabezo del Cuartel como su patria infantil y dedicó el pregón «a todos los "catres, cojos, cuarteleros y gente que lleva a Abarán en el corazón».
El orgullo de ser abaranero
En su discurso, definió el concepto 'abaranería' como un orgullo que no obliga, sino que enorgullece, un sentimiento que lleva a ser embajador del pueblo allá donde vaya, tal como él mismo sintió al recibir hace solo unos meses un premio nacional como profesional sanitario.
Haciendo gala del humor que le caracteriza, destacó que el verdadero zodiaco de Abarán son los apodos —Cojo, Porra, Lavero...—, que definen el carácter de las personas y son una seña de identidad única de nuestro municipio.
Realizó un evocador recorrido por los recuerdos de su infancia durante las fiestas: la emoción de ver los juguetes en la tienda de 'El Bolo'; el ambiente en La Era; el sonido y el olor de la traca que anuncia la llegada del invierno; o las atracciones de feria en la Ermita y los clásicos coches eléctricos.
Subrayó que las fiestas, que llegan cuando ya se acaba el verano, son el momento de reconexión para muchos vecinos tras semanas sin verse, y destacó el papel de los Santos Médicos como patrones de la salud y del sector médico, que cuenta con una gran vocación en nuestro pueblo.
Su pregón, que fue interrumpido por los aplausos del público en varias ocasiones, concluyó con un llamamiento para que todos seamos protagonistas activos de las fiestas. «Hoy más que nunca, Abarán nos necesita. Necesita que lo sintamos, que lo vivamos, que lo hagamos grande con cada pequeño gesto. Porque hacer pueblo no es solo recordar lo que fuimos, sino ser parte activa de lo que somos y de lo que queremos seguir siendo», dijo, instándonos a no anclarnos en el pasado idealizado, «sino a disfrutar el presente y trabajar por el futuro de Abarán».
Finalmente, lanzó los tradicionales vivas dedicados a la Virgen del Oro, a los Santos Médicos, y a Abarán «nuestro pueblo, hoy y siempre. ¡Felices fiestas, abaraneros!», concluyó, haciendo que el público se pusieran en pie para agradecerle sus palabras con un cálido y largo aplauso final.
A primera hora de la mañana tendrán aquí el acto del pregón al completo...
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