
Dentro del municipio asturiano de Mieres, se encuentra Insierto, una aldea de unos 70 habitantes en el Valle de Cuna y Cenera y en ella se sitúa un pequeño santuario dedicado al culto de los Mártires San Cosme y San Damián. Y en este entorno se celebra cada 27 de septiembre, festividad de los santos, una emblemática romería que tiene tanta repercusión que desde 1969 está declarada de Interés Turístico Nacional.
Las celebraciones comienzan cada año el 18 de septiembre con una novena. El 26 de septiembre se realizan pasacalles de gaitas, tambores y grupos folclóricos en Insierto, además del pregón y la imposición de bandas a las damas de honor elegidas por el pueblo, la Xana y las Xanines.
El 27 de septiembre es el día de la romería, que da comienzo a las siete de la mañana con la primera misa en el Santuario de San Cosme y San Damián, que se repite cada media hora. A medio día se celebra la misa mayor y a continuación, la procesión de los santos en torno al santuario. Después, los romeros realizan una comida campestre en los alrededores y por todo el valle para dar buena cuenta en perfecta armonía de unas viandas asturianas, regadas con la mejor sidra. Además, se realizan otros actos lúdicos, como la puya'l ramu (la puja del ramo en español, durante la que se subasta pan de escanda, alimento típico de la zona), concursos en parejas y el Concurso de Baile a lo Suelto, de baile regional asturiano.
Una romería de la que todo el mundo asegura que merece la pena vivirla, tan grande y mítica que quedará para siempre en los versos de la canción de Víctor Manuel: «Se van por la carretera /Cruzando Cuna y Cenera / Canta su pena el romero / Y la vieja su consejo. / Por San Cosme y San Damián / Cuidado niña temprana / No pases el maizal / No lo riegues con tus lágrimas. / Y la gente por el prado / No dejará de bailar / Mientras se escuche una gaita / O haya sidra en el lagar».
Al día siguiente, el 28 de septiembre, se le denomina “Los martirinos”, un día especialmente dedicado a los niños, celebrándose juegos infantiles y un festival de tonada.
Según la tradición, el culto a los mártires Cosme y Damián se remonta al tiempo del traslado de las reliquias de Toledo a Oviedo en la época de la invasión musulmana.
En relación con el edificio del santuario, tiene una original planta de cruz latina, del siglo XVIII, a la que se le añadió en el siglo XIX el pórtico que rodea la iglesia en tres de sus fachadas y la torre del campanario. Esta última, de sección cuadrada, está dividida en tres plantas, la inferior abierta y recubierta por un paramento de piedra, las otras dos están separadas por una línea de impostas. Al templo se accede, bajo la torre, por una puerta con orejas barrocas. Los materiales utilizados en la fábrica son mampostería para muros, madera para el pórtico y sillería para esquinas, vanos, etc. La cubierta es a dos aguas en nave y cuatro en la torre.
En el interior, la nave se cubre con bóveda de cañón, con lunetos y crucería la parte de la cabecera. Toda la bóveda está decorada con pinturas. Frente al santuario, existe aún la llamada Casa de la Novena, en cuyo interior se conserva un limosnero popular del siglo XVIII.
Pues este pequeño rincón de Asturias vibra también, a muchos kilómetros de nuestra ermita, cuando el calendario marca cada 27 de septiembre y la devoción popular estalla en sana alegría.
José S. Carrasco Molina
Cronista Oficial de Abarán
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