Como ya viene ocurriendo desde tiempo inmemorial, las calles de Abarán se llenaron este 26 de septiembre de devoción y fervor con la tradicional procesión en honor a los Santos Médicos, San Cosme y San Damián, y la Virgen del Oro. Este año, la celebración ha estado marcada por una masiva participación, siendo descrita por muchos de los asistentes como una de las más solemnes y concurridas de los últimos años, ante un público que llenó las calles al paso de la comitiva religiosa.

Tras la misa celebrada en la iglesia donde se alojan nuestros patronos, el disparo de tracas y cohetes marcó el inicio del solemne acto que abrían los estandartes de las dos hermandades, seguidos por un numeroso grupo de mujeres de diferentes edades vistiendo el atuendo huertano y aportando gran colorido a la tarde. Junto a ellas, desfilaron la reina infantil de las fiestas y su nutrida corte de honor.

A continuación, avanzaba la imagen de la Virgen del Oro, cuyos anderos acompasaban sus pasos con la música de la banda que la acompañaba. Tras la patrona, marchaban dos largas hileras de fieles, la reina de la segunda juventud, la reina juvenil y damas de honor, y una amplia representación de la Junta de Hermandades y Cofradías de Semana Santa, así como los presidentes de las hermandades titulares e invitados.

Cerrando la comitiva, los patronos, San Cosme y San Damián, eran acompañados por distintas autoridades civiles y eclesiásticas, mientras que la Banda de Música de la Agrupación Musical Santa Cecilia ponía el broche musical al desfile.

La procesión concluyó en la parroquia de la Ermita, ya que las imágenes no llegaron hasta la iglesia de San Pablo, que sigue en obras. Al término de la procesión, se celebró una misa en honor a los Santos Médicos y la Virgen del Oro, cerrando así una jornada marcada por la tradición y la fe.

Modificación en el itinerario del día 29

Asimismo, se informa que, también a causa de las obras en la iglesia de San Pablo, el itinerario de la procesión del próximo día 29 se ha modificado. El recorrido será por la calle Doctor Molina, hasta la esquina del teatro Cervantes, regresando a la Ermita por la misma calle.

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