
Apenas unas horas antes de su debut en la Plaza de Toros de Abarán este sábado, el joven diestro David Avellaneda recibía en su casa a nuestro compañero Domi Carrelón en el espacio ‘Con solera’. Ante su traje de luces y su capote, en una charla íntima y cercana, nuestro paisano habla sin filtros de sus nervios, sus orígenes y la emoción que supone para él torear en su pueblo, ante su gente.
«Muy nervioso, la verdad. No por nada, sino por todo el trabajo que hay detrás, muchos años queriendo torear aquí en mi pueblo», confiesa Avellaneda, aunque sin ocultar su tremenda ilusión ante este reto. Esa ilusión nació precisamente en esta plaza, cuando, con solo nueve años, su tía lo llevó a los toros y le explicó lo que ocurría en el ruedo en cada momento de la lidia. «En mi cabeza resonaba una voz: ‘si él puede, ¿por qué yo no?’», se decía.
A partir de ahí, una inquietud que lo llevó a informarse, a ahorrar y, con 14 años, a comprarse sus primeros trastos. Un camino que no siempre fue comprendido en casa. «Mis padres me decían: ¿por qué no te apuntas al fútbol?». De hecho, lo intentó, pero algo más fuerte lo llamaba. «Cambié el fútbol por los toros. Ese gusanillo que se me movía por dentro es lo que me ha llevado hasta aquí».
Con 15 años dio el paso definitivo: se marchó a la escuela taurina de Albacete, la más cercana tras el cierre de la de Murcia. Hoy forma parte de la escuela de Murcia, donde asegura sentirse «como en casa, con amigos», aunque valora la exigencia de sus maestros. «Siempre intentas hacer cosas que te corrigen, pero en cada pase hay una esencia que no te pueden quitar».
Al hablar del toreo, y respondiendo a otra de las preguntas de Domi, David se emociona al imaginarse delante de un toro.«Esa unión que sientes entre tú como hombre y el animal… no se puede explicar con palabras. Estás tú delante del animal, solo los dos. Es increíble». Una sensación que, reconoce, ni él mismo sabe de dónde le viene, al no tener familia en el mundo del toro. «Siempre lo he pensado: ¿de dónde sale esto?».
Preguntado por cómo afronta el reto de torear en casa, Avellaneda lo tiene claro: «Lo más importante es disfrutar. Eso es lo que me voy a llevar. Hay que pensar como torero», expresa con humildad el diestro abaranero, al tiempo que lanza un mensaje a la afición: «Espero ofreceros todo lo que esté en mi mano para que paséis una buena tarde y salgáis con buen sabor de boca de la plaza», dice David, un joven valor del toreo de vocación auténtica que se presenta este sábado en el coso de ‘La Era’ con un único objetivo: ser feliz frente al toro. ¡Mucha suerte, David!
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