
Las vecinas de la calle Rosario de Abarán no faltan a su cita con la tradición. Ayer, con motivo del día de la Virgen del Rosario, se reunieron como siempre para rezar juntas el rosario y compartir después una merienda llena de dulces, sidra y buen ambiente.
“Ya quedamos pocas, pero mientras tengamos fuerzas seguiremos celebrándolo”, cuentan con orgullo. Y así fue: entre risas, recuerdos y devoción, este grupo de vecinas volvió a convertir la jornada en un pequeño homenaje a su patrona, manteniendo viva una costumbre que forma parte del alma de esta calle tan querida del municipio.
Una celebración sencilla, familiar y entrañable que demuestra que las tradiciones, cuando se viven con cariño, nunca se pierden.
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