Un pequeño comercio de barrio, ubicado en la céntrica calle Rosario, recibió este martes de madrugada -y no es la primera vez- la indeseable visita de los amigos de lo ajeno. En esta ocasión, utilizando el método conocido en el argot policial como ‘robo con escalo’, el ladrón accedió al establecimiento a través del balcón, apoderándose del dinero que había en la caja registradora y de varias botellas de cerveza, una de las cuales tuvo la desfachatez de beberse una vez acabado su delictivo trabajo.

«No hay derecho a que una persona que intenta ganarse la vida trabajando incansablemente tenga que llevarse estos disgustos», Con esas palabras y mostrando su visible enfado por el suceso, salía esta mañana del comercio asaltado una de sus clientas habituales, sabedora de que no es la primera vez que su propietaria tiene que pasar por esta desagradable situación.

El ladrón tuvo el descaro de tomarse una cerveza tras cometer el robo

En las anteriores ocasiones, los ladrones habían accedido al pequeño establecimiento a través de la puerta de entrada, aunque ahora, toda vez que se había reforzado la seguridad en el cerramiento, no tuvieron reparos en trepar por la ventana de la casa colindante y acceder al balcón, utilizando de puente el aparato del aire acondicionado.

Una vez en el interior del comercio y tras saquear la caja registradora y apropiarse de varias botellas de cerveza, el asaltante, que posiblemente contó con ayuda de al menos otra persona, abandonó el local por el mismo lugar de entrada y, una vez en la calle, ‘celebró’ su éxito tomándose una de las cervezas, cuya botella, vacía, tuvo la delicadeza de depositar en una papelera situada frente a la tienda objeto del robo.