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Faltaban pocos minutos para las 23:00 horas cuando sonó la última nota de un magistral ‘Canto a Murcia’ interpretado por María José Montiel. El público, que llenaba el teatro Cervantes, automáticamente se puso en pie para aplaudir durante diez minutos expresando así su admiración por una velada que quedará grabada con letras de oro en la historia de Abarán. Fuera del teatro hacía frío y llovía; dentro todo era calor, emoción y cariño.

La principal protagonista, la mezzosoprano María José Montiel, una vez más dio muestras de su generosidad y cariño con este pueblo, pues el caché de su actuación irá destinado a la restauración de la Parroquia de San Pablo. Abarán supo responder a esta actitud y la artista sintió muy dentro todo el cariño con el que el pueblo le respondió.

Antes de la actuación tuvo lugar un acto protocolario, presentado por Ariadna Gómez, en el que María José fue agasajada con distintos obsequios por parte de la Asociación Lírica ‘Amigos del Arte’, la parroquia de San Pablo, el Ayuntamiento de Abarán, y el artista abaranero Gil Serna, que hizo un original retrato de la cantante.

En primer lugar, Jorge Tornero, en representación de su asociación lírica, glosó «su generosidad y su valía profesional» haciéndole entrega del nombramiento de ‘Presidenta de Honor de los Amigos del Arte. Recordó la figura de su padre, José María Tornero, quien fue precursor de este homenaje y que, lamentablemente, murió sin poder hacerlo realidad como era su sueño.

Seguidamente, el párroco de San Pablo, Cayetano Abellán, le hizo entrega de una original y simbólica escultura de la artista local Sofía Tornero, y de un plato con la imagen de los Santos Patronos Cosme y Damian.

El alcalde, Jesús Molina, tomó después la palabra para dar lectura al acuerdo municipal por el cual se le concede a la platea nº 2 del teatro Cervantes el nombre de María José Montiel, «en atención a sus méritos artísticos y humanos». El mandatario municipal le impuso acto seguido la ‘Noria de oro de Abarán’, al tiempo que el concejal de Cultura, Fº Javier Fernández, le hacía entrega de una escultura de la Noria Grande.

«Me siento abrumada por tantas muestras cariño que estoy recibiendo de este pueblo, al que adoro», dijo María José recordando a familiares y amigos, «especialmente a los que ‘ya se han ido’, aunque ‘todos están aquí’». La artista valoró con afecto la presencia de sus padres y su marido, que se habían desplazado expresamente desde Madrid para asistir a la velada, y, por último, desde el mismo escenario, acabó dando «gracias por todo a Abarán».

Los prolegómenos del concierto terminaron con el acto protocolario del descubrimiento de la placa en la platea nº 2 que, a partir de ahora, lleva el nombre de la mezzosoprano. Más información aquí.

Brotó la música y surgió la voz...

Comenzó el concierto. Y con él, el arte musical en todo su esplendor.

La orquesta, la Sinfónica de Elche, maravillosamente dirigida por el joven Leonardo Martínez, fue, de principio a fin, una auténtica demostración de conjunción, técnica y elegancia en la ejecución de cada interpretación, consiguiendo unos matices que llegaron a calar muy hondo en el público.

La Coral Crevillentina, un conjunto de cuarenta voces, fueron, a su vez, todo un ejemplo de armonía y perfección sin estridencias.

Y, como eje de todo, una María José Montiel que, una vez más, como viene haciendo en los mejores teatros del mundo, deleitó al público y demostró su valía en esa tesitura que la está configurando, bien merecidamente, como una de las mejores mezzosopranos del panorama internacional.

Su interpretación de Carmen, con la que acabó la primera parte del concierto, será difícil de olvidar para quienes fuimos testigos de ella, aunque no quedan a la zaga las piezas de sabor madrileño que también formaron parte del repertorio, pues en ellas la cantante contagia ese casticismo del ambiente madrileño que tanto llega. ¡ Qué maravilla de voz y qué bien los artísticos movimientos de sus manos y la expresividad de sus miradas !

El tiempo pasó tan rápido que, sin darnos cuenta, se fue acabando el programa previsto. Pero nadie quería poner fin a la velada. Y llegó con una delicadeza proverbial ‘María la O’, una sentida interpretación que la artista dedicó a su amigo José Mª Tornero, sabedora de que era una de canciones preferidas.

Por último, y a modo de colofón, el reto final: la interpretación por una mezzosoprano de un ‘Canto a Murcia’ compuesto para barítono. El resultado fue sobresaliente, máxime contando con la complicidad del público, que hizo de coro y acabó las últimas notas en pie y premiando con una larguísima ovación el final de una velada que perdurará por siempre en el recuerdo. Fue el reconocimiento del público hacia la mezzosoprano, que quiso mostrarle así su agradecimiento como artista y su cariño como persona, haciéndola sentir que cada vez que vuelve a este, su pueblo, nos hace sentir el orgullo de ser de Abarán.

Actuaciones en el Capitol y el Romea

Tras su paso por Abarán, Montiel visitó el jueves día 22 el ciezano teatro Capitol, un recinto que, tras su reciente restauración, ofreció otra ocasión inigualable para disfrutar de la voz de esta artista internacional.

El ciclo de este periplo por la Región de Murcia se cerró en el teatro Romea el sábado 24 en otra actuación inolvidable.

Tanto en Cieza como en Murcia actuó como director el abaranero Javier Victorio, director titular de la Coral Crevillentina.