Aunque todo hace indicar que sería en Ojós donde se ha detectado el foco más importante, no cabe duda de que la proliferación de la mosca negra -un molesto insecto pariente de moscas y mosquitos-, es una realidad en todo el entorno del Valle de Ricote bañado por el río Segura. Según fuentes consultadas, además de Ojós, los municipios de Ulea y Villanueva ya han confirmado que emprenderán actuaciones para contrarrestar la proliferación de este díptero, cuya picadura pueden transmitir enfermedades tropicales.

La empresa 'Hisamur', experta en el control de plagas, inició la semana pasada el tratamiento en Ojós, comenzando así unas actuaciones deberían acometerse también en todo el Valle de Ricote (eso sería lo recomendable), aunque, según ha podido conocer está redacción, algunos municipios de la zona, entre ellos Abarán, todavía no han respondido al requerimiento de la citada empresa, pese a que lo más idóneo sería acometer un plan conjunto en toda la ribera del rio, evitando así que el referido insecto pueda desplazarse de un municipio a otro.   

Pariente del mosquito
 

Pese a sus aparentes e inofensivos cinco milímetros de tamaño, la mosca negra esconde una picadura capaz de transmitir enfermedades tropicales. Las fuertes lluvias registradas durante esta primavera han favorecido el incremento de la población de este insecto, especialmente en Ojós, donde ya se han realizado hasta cuatro intervenciones, la última de ellas hace apenas unos días. «Los otros tres tratamientos se realizaron en los últimos meses», explica la edil de Agricultura y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Ojós, Encarna Palazón, que recuerda que «el tratamiento es muy selectivo y respetuoso con el medio ambiente, pues no afecta a otras especies animales ni vegetales», añade le citada edil en una noticia publicada este domingo por el diario y que pueden ver, de manera íntegra en este enlace.