«He hecho más bocadillos para la fábrica de 'La Leva' que pelos tengo en la cabeza». Así recuerda la abaranera Gabriela Martínez Gómez los años en los que fábrica de 'La Leva', en Abarán, estaba en pleno apogeo.
Con motivo del brillante video conmemorativo dedicado a la 'Hermandad de La Verónica' que ha realizado nuestro paisano Josué Martínez y en el que una parte especial recuerda los años de esplendor de 'La Leva', Gabriela, que acaba de cumplir 89 años, no ha querido dejar pasar la ocasión de «felicitar a este muchacho y a todas las personas que han colaborado en este hermoso trabajo, agradeciéndoles su tiempo y esfuerzo. Está precioso», expresa. «Y me gustaría aprovechar la ocasión para contaros que yo era lo que se podría equiparar a 'la cantina' de 'La Leva'», añade.
En aquella época, Gabriela (esposa del Moro) ya vivía (y lo sigue haciendo), en la calle Colón, donde, en su propia vivienda, tenía lo que, en aquellos tiempos, venía a ser una tienda de ultramarinos. Estaba situada a pocos metros de la conocida fábrica de 'La Leva'. La tienda abrió en el año 1960 y funcionó hasta 1985.
«En la hora del almuerzo, hacía los bocadillos para un 'ejército de zagales' que allí trabajaban. Me acuerdo de los Jacas, los Rucos, los Parras, los Pelaos, los Colillas, los Calientes, Quijadas, Casimiro, Andrés, Julines, Chapín, Paco (cuñado de Frasquito), Joaqui Torrao, Pepe León, Jose Antonio, El Cano, un hijo de Monguerre, Angel (marido la Jaca), el Tulipán, Joaqui Marcico, el Saltamontes, Babá, Peroles, el marido de mi vecina Juani (su hijo es Javi de la ambulancia), Patachula, Domingo, El Piri, Catanga, El Grillo, Perales, algunos jóvenes de Blanca (uno tocó después en la orquesta 'Los Jaguars'), otros muchachos de Cieza…Muchos estudiantes, como mi Gabriel y su cuñado Santiago (que iban los veranos a clavar). Por supuesto me acuerdo del Nenico y Carmelo, Benjamín, Vicente Carrasco, Molinica y Demetrio, y de otras generaciones de trabajadores, un poco más mayores: El Salao, Picolino, Cayetano, Primitivo, Frasquito y su hermano Jesús, Parrales (que ensayaba con la banda). También me acuerdo que estuviera un tiempo Pepe Carpintero (primo de mi marido), y, por supuesto, mi cuñado Pichucho y sus hermanos Don Elias y Vicente Bru (Caracol). Vicente Brú y yo creo que somos los 'viejos, viejos, viejos' que aún quedamos vivos. El más mayor que recuerdo yo era José el Arriero… Y como todos estos, muchos otros cuyos nombres ya no acierto a recordar, porque hubo años que eran más de 200 personas trabajando. Y todos ellos siguen estando en la memoria», matiza Gabriela en un verdadero y motivador esfuerzo por recuperar los recuerdos de aquellos años.
«Hice más bocadillos que pelos tengo en la cabeza”. “Mi Pepe, que también trabajaba allí desde crío, se salía un poco antes para ayudarme… era tan bueno y hacíamos tantos bocadillos, que a veces al pobre no le daba tiempo a almorzar».
«Esos críos, que hoy ya son hombres, saben el trasiego de tienda que tenía. Aún, si hago un esfuerzo, me acuerdo de lo que me pedía cada uno en el almuerzo. Los bocadillos los vendía a peseta: de ensalada, de filete, etc. Casi todos me lo dejaban “fiao”, y el sábado, cuando cobraban, me pagaban los de toda la semana. Yo les decía: ¡pagadme el sábado, que el domingo si vais al cine o al fútbol os lo gastáis!, y la verdad es que tengo que decir que siempre me pagaban».
Una 'pelotera' de túnicas
«A veces les reñía porque el Viernes Santo me dejaban allí 'una pelotera de túnicas', de las primeras de la Hermandad, que eran preciosas, con unos cordones divinos. Yo les decía: ¡ No me dejéis aquí túnicas que no quiero ese mareo, ¡ lo que me faltaba!, y ellos me contestaban: Gabriela, si es que tú no cierras, siempre estás aquí. Luego, el domingo de Resurrección, a la hora de los pasacalles, bien temprano, ya me estaban llamando para recogerlas. Yo les renegaba ¡no me dejáis descansar ni el domingo!, eran unos críos», relata Gabriela con emoción.
«Hablando de Semana Santa, es de justicia recordar que de su salario se les descontaba una aportación para la Hermandad. Todavía algunos cuando me ven se acuerdan de mí, incluso un muchacho de Blanca que me vio años después me reconoció, y me dijo: Gabriela, aún me acuerdo yo de los bocadillos de filete que usted me hacía, bien lleno, de los que costaba cerrarlos».
«Quiero, a través de estas palabras, darles un abrazo cariñoso, a esos zagales que hoy son ya abuelos casi todos y que tanto trabajaron, porque aquel trabajo visto en la distancia era muy fuerte para esas edades, ¡empezaban tan pronto!, aunque la verdad que ellos, aunque estaban 'reventados' de trabajar , a su manera, eran felices, tan jóvenes y enérgicos, convencidos siempre de que 'La Leva es la mejor'. Se inventaron una canción que empezaba diciendo: ¡¡con nosotros no hay quien pueda, porque somos de 'La Leva'. Se hicieron allí hombres de provecho, excelentes carpinteros algunos, y grandes trabajadores todos ellos. No me queda la menor duda»».
«Las madres no éramos ni malas ni buenas, era lo que se hacía… era lo que había. Hoy en día, afortunadamente, los niños tienen infancia y los trabajos están más regulados. Aquellos jóvenes fueron, y siguen siendo para mí auténticos luchadores de esa etapa de nuestro pueblo».
«Los jóvenes y adolescentes de Abarán deben saber que hubo una época (no muy lejana), en la que se comenzaba a trabajar a muy corta edad, durante muchas horas y muy duro. No lo olvidéis. Aprovechad las oportunidades que hoy vuestros padres os pueden ofrecer», expresa Gabriela en un consejo dirigido a los jóvenes de hoy.
«Sirvan estas letras como sincero homenaje a todos vosotros (trabajadores de 'La Leva'), y, especialmente, a mi Pepe, que allí empezó su vida laboral y, aunque con gran esfuerzo, pudo prosperar. Quiero deciros a todos que os llevaré siempre, siempre, en mi corazón». LA GABRIELA.
PD,- Si llego a los 90, el año que viene prometo contaros otras ocurrencias y anécdotas que recuerdo.
Fco javier tornero | Miércoles, 27 de Marzo de 2019 a las 22:58:34 horas
Todos tendríamos que hablar con nuestros mayores y escribir estas historias para que no se pierdan y conocer de donde venimos.
¡¡ Muchas gracias Gabriela por compartir un poquito de tu vida. Esperaremos ansiosos el próximo capitulo !!
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