Como ya viene siendo habitual cada 18 de diciembre, la Hermandad Siervas de María de Abarán organizó en la iglesia de San Juan Bautista el tradicional besamanos a Nuestra Señora de la Esperanza, una celebración que, en esta ocasión, sirvió para homenajear a Guadalupe Gómez Aznar, encargada de la custodia del manto negro del que la Virgen del Amor Hermoso se desprende en la mañana del Domingo de Resurrección tras la tercera reverencia.

«Guadalupe es una de esas personas que, con una labor callada pero imprescindible, hacen posible que nuestra Hermandad subsista ya durante sus casi dos siglos de vida. Ella viene siendo a lo largo de las últimas décadas la encargada de guardar y cuidar ese manto negro que simboliza el luto por la muerte de Cristo y que deja paso al blanco luminoso en uno de los momentos más emotivos de nuestra Semana Santa», expresaba la presidenta de las Siervas de María, Trinidad Carrasco, instantes antes de cumplir con el cometido de este reconocimiento.

«Si ese manto ha podido conservarse en perfecto estado con el paso del tiempo ha sido gracias a Guadalupe, que lo recibió de una antepasada suya -el manto lleva cosido una fecha del año 1925 y el nombre de Justa Martínez Carrasco como la persona que lo costeó-, que lo ha cuidado y mimado con un especial cariño y que ahora, en un gesto de generosidad, lo ha donado a nuestra hermandad con el compromiso de que sigamos cuidándolo con el mismo cariño con el que ella lo ha estado haciendo durante tantos años» añadía Trini, haciéndole entrega de un recuerdo y un bonito ramo de flores que la homenajeada acogió emocionada y agradecida.

Durante toda la jornada, como ya es costumbre en este día, la imagen de la Virgen de la Esperanza estuvo expuesta junto al Altar Mayor presidiendo las ceremonias religiosas.