
El sector agrario de la Región de Murcia emplea cada año a una media de 90.000 personas, tanto para trabajos en el campo como en los almacenes de manipulación de las frutas y hortalizas. Su aporte al Producto Interior Bruto (PIB) regional oscila entre el 5% y el 6%, pero en la crisis del 2008 y en la que estamos inmersas a consecuencia de la pandemia de la Covid-19, con el sector industrial, el hostelero y el turístico totalmente paralizados, ha demostrado ser un motor indispensable para que la economía de la Comunidad no caiga por los suelos. Es la joya de la corona que en esta ocasión se ha tenido que enfrentar con un enemigo desconocido y para el que no había experiencias previas a las que volver la mirada para combatirlo. Y lo ha hecho con luces y sombras.
Los primeros diez días fueron «caóticos», «estresantes» y donde el «miedo» de trabajadores y empleadores campaba a sus anchas. Una situación vivida en la que coinciden tanto los representantes sindicales como los de las organizaciones agrarias y los empresarios y cooperativas.
Pero una vez el sector supo reaccionar, en algunos casos antes que en otros, y los protocolos de seguridad se fueron poniendo en marcha, las aguas volvieron a su cauce mayoritariamente. Pero como en todo, siempre hay excepciones y los sindicatos han tenido que presentar denuncias por incumplimientos de estos protocolos en una veintena de ocasiones. Eso sí, salvo el reciente caso de contagio del virus en una finca de Totana, no se ha producido ningún otro.
Denuncias por incumplir
Pero todas las monedas tienen dos caras y, en este caso, el sector tampoco se ha librado de comportamientos más oscuros que claros. Los representantes de los trabajadores del campo de Comisiones Obreras y UGT han denunciado en varias ocasiones lo que se estaba haciendo erróneamente. El representante de la Federación de Industria de Comisiones Obreras, José Ibarra, apuntan que las dos primeras semanas fueron «caóticas» y recibieron «muchas quejas» de los trabajadores por falta de protocolos de seguridad. «Exigimos que, además de la distancia, se les dieran mascarillas, pero lo cierto es que en muchos casos solo las tienen quienes están cerca de las carreteras o caminos, donde pueden ser vistos», apunta. Con todo, reconoce que «salvo el caso de Totana» no ha habido brotes en el sector.
Este es un extracto de un amplio reportaje firmado por la periodista Pilar Benito y que hoy publica el diario La Verdad con distintas fotografías de Martínez Bueso tomadas, entre otros lugares, en las instalaciones de la empresa Frutas Torero de nuestro municipio.
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