
Los agricultores califican como una «auténtica plaga» lo que se está viviendo en los campos de la Región por culpa de las garrapatas, provocando molestias y elevando el riesgo de enfermedades en los trabajadores, ya que estos parásitos se pegan con facilidad a la ropa y, en algunas ocasiones, logran adherirse a la piel. Se trata de un insecto que no afecta a los frutales ya que su alimento se basa en la sangre, -rincipalmente de los mamíferos e incluyendo al ser humano. Según explica Antonio Moreno, secretario de Agricultura de UPA-Murcia, «tenemos un grave problema con este asunto, provocado especialmente por la gran cantidad de conejos, liebres e incluso jabalíes que se localizan en las fincas».
El dirigente de UPA, en declaraciones que recoge el diario La Verdad, asegura que, de momento, «está habiendo suerte y no se han detectado enfermedades en los trabajadores, pero, por lo que sabemos, las consecuencias podrían ser graves».
Moreno insiste en extremar las precauciones, llevando especial cuidado «cuando se esté trabajando con maleza, que es donde más abundan estos parásitos, ya que los animales se desprenden de ellos rozándose con la hierba». Además, cuando se detecten enganchados en la piel, «se debe acudir inmediatamente a urgencias, puesto que si intentamos quitárnoslos por nuestros propios medios, parte del ácaro se puede quedar incrustado y provocar enfermedades muy graves».
Para impulsar su control, Antonio Moreno hace un llamamiento a las autoridades «para que permitan la caza de conejos y otros animales, los cuales, además de generar este tipo de plagas, están causando graves daños a los frutales y a las hortalizas, ya que se lo comen todo», subraya.
Apertura de la veda
El principal transmisor de la garrapata es el conejo, según indica Pedro Diego Gil, guardia de caza de la Sociedad de Cazadores el Conejo de Monte de Cieza, quien señala que en los últimos años «se ha producido una invasión del terreno forestal, reconvertido en agrícola, con el consiguiente acercamiento de la comida y el agua a especies como el conejo o el jabalí, lo que les posibilita una reproducción y expansión mayor».
Gil, que lleva más de 30 años controlando la caza en esta zona, alerta de que «si proliferan los conejos, lógicamente también aumentan las garrapatas, ya que su alimento es la sangre de estos animales». Como solución, Gil apunta que la caza de los conejos «se debería de abrir más a menudo, ya que, junto a los jabalíes, son auténticos devoradores de las cosechas de fruta y hortalizas».
Precisamente hace unos días, el Colegio de Veterinarios de la Región emitió una serie de recomendaciones para luchar contra estos artrópodos, porque «pueden actuar como vectores de muchas afecciones, que varían dependiendo de los virus y bacterias que circulen por las distintas zonas geográficas».
Entre las enfermedades que pueden producir se encuentran la de Lyme, la fiebre botonosa, la anaplasmosis, la tularemia y la babesiosis, encefalitis y otras patologías no puramente infecciosas como la parálisis neurotóxica.
El Colegio de Veterinarios incide en que las picaduras de las garrapatas son prácticamente indoloras y muchas veces no son percibidas hasta que se encuentran adheridas. Así, se recomienda utilizar ropa clara en el campo, ya que permite la identificación del parásito antes de que se ancle a la piel. También se aconseja la utilización de repelentes que sean eficaces contra estos insectos.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.142