
El pasado viernes, 17 de septiembre, en la plaza de toros se nos ofreció, dentro de la programación festiva, un espectáculo maravilloso que nos hizo viajar en el tiempo y retroceder cincuenta años sin movernos de la butaca.
Y es que el ver a nuestro paisano Pepín Parra, entre el conjunto Alborada, tocando la batería en un extremo del escenario nos hizo viajar a las verbenas del Parque en los años 70 en las que la orquesta 'Los Flamingos' era invitada obligada en aquellas noches septembrinas tan entrañables, en las que pudimos escuchar y disfrutar con los mejores artistas del momento.
Pues en aquel escenario del Parque, tras la batería, tocando con ímpetu y dominio de la percusión, veíamos a un Pepín joven, alegre y enamorado de la música, que disfrutaba y hacía disfrutar. A ese Pepín que, después, con su empresa de contratación de espectáculos, trajo a Abarán lo mejor, gracias a la generosidad de su gran amigo Churri, que miraba más por su pueblo que por su bolsillo.
Es verdad que, cincuenta años después, sus fuerzas se han debilitado y el caminar le cuesta trabajo, pero mantiene su cara despejada, su expresión sonriente y su habilidad con los palillos para marcar el ritmo en la batería.
Es, por tanto, Pepín un ejemplo de amor a la música, pues desde su adolescencia empezó a mostrarse como un hábil percusionista y ello le valió destacar muy pronto, siendo, con tan solo 16 años, percusionista oficial en el Teatro Romea de Murcia.
Pero, además de su amor por la vida y por la música, habría que destacar en nuestro paisano su amor por Abarán, por el pueblo que le vio nacer y del que nunca se ha avergonzado sino que, en todos los ambientes y lugares que ha visitado, siempre ha sido un embajador orgulloso de la tierra en la que vio la luz primera.
En la noche del pasado viernes, sin duda, se vivió un momento realmente maravilloso y que será seguramente uno de los mejores momentos de esta feria del 2021 y fue cuando, desplazándose con dificultad al centro del escenario, después de estar tocando la batería con el mismo acierto y ritmo de antaño, Pepín toma el micrófono y se pone a interpretar esa composición que ya se ha convertido en himno de este pueblo, el pasodoble “Abarán”, “una maravilla de belleza natural”, en el que va recreando la belleza de nuestras mujeres, “hermosas igual que las mariposas que se perfuman de azahar”, nuestras fiestas, nuestro paisaje, nuestros patronos, nuestra actividad exportadora….en una amalgama sugerente y certera, con una música pegadiza que hace que sea muy fácil su transmisión.
Tras esta canción no solo hay una letra y una música, unas palabras sobre un pentagrama, sino que hay un sentimiento profundo de amor y agradecimiento a la tierra, a los orígenes, a la familia y a tantos amigos como ha granjeado Pepín en Abarán, a nuestras señas de identidad, a nuestras tradiciones y costumbres, a todo lo que define a este pueblo que es el suyo.
Este embajador tuvo un gran reconocimiento al ser nombrado pregonero de la Feria de 2013, deleitándonos con un pregón realmente original salpicado de música y vivencias. Pero se merece que ese reconocimiento y agradecimiento de su pueblo no acabe y que, mientras su corazón siga latiendo, siga sintiendo que este pueblo, su pueblo, lo tiene como uno de sus hijos más queridos, más entrañables, más ilustres.
José S. Carrasco Molina
Cronista Oficial de Abarán
Pepín Parra interpreta su pasodoble Abarán
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