Las campanadas horarias de la torre del reloj de la iglesia de San Pablo han enmudecido. Así llevan ya varios días. A raíz de la denuncia de un vecino, el responsable de la parroquia, el sacerdote José María Hidalgo, ha sido quien, a fin de intentar evitar mayores problemas al alcalde de Abarán -contra quien va la denuncia-, ha tomado la decisión de detener el reloj y, con ello, las habituales señales horarias que se marcaban a ritmo de campanadas. Solo el tiempo dirá si se trata de una medida provisional o acabará siendo definitiva.
Como ya es sabido, todo comienza con la denuncia interpuesta por un vecino de Abarán contra el ayuntamiento, asegurando que las campanadas en las horas nocturnas le provocan un «problema de ansiedad». Este vecino acusa al consistorio de no aplicar la ordenanza de ruidos, y asegura que todas las noches tiene que soportar «el campaneo a todas las horas en punto, a los cuartos, las medias y a y tres cuartos», lo que dice haberle provocado un problema de «sueño, irritabilidad y ansiedad» que le ha obligado a tener que medicarse.
Esta denuncia, que ha llevado al alcalde, Jesús Molina, a tener que declarar en los Juzgados de Cieza, desató la indignación de un gran número de vecinos que, 'a voz populi' y a través de las redes sociales, mostraron su descontento con la posibilidad de que se pudiera dar el caso de que hubiera que silenciar el reloj.
Algunos de estos vecinos iniciaron de forma espontánea una recogida de firmas que ha logrado reunir un importante número de apoyos a favor de que el reloj de San Pablo siga marcando las horas tal y como viene haciendo desde tiempo inmemorial.
Por otra parte, técnicos municipales se interesaron por intentar encontrar una solución que fuera capaz de detener o, al menos atenuar, las campanadas horarias durante la medianoche y las primeras horas de la madrugada. Lo que ocurre es que el mecanismo que controla este proceso es muy antiguo y complejo, y parece que no será nada fácil lograr que el reloj siga su curso normal durante el día y 'se apague' durante la noche.
En cualquier caso, lo cierto y verdad es que este reloj y todo lo que representa para los abaraneros en cuanto a su valor artístico y sentimental, lleva ya detenido una semana, y, de momento, no marca las horas.
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