
Tras varios meses de cuidadosos trabajos realizados por la empresa abaranera Ariño Hermanos, y después de unas semanas en reajuste y funcionamiento, desde este sábado, tras campanear las doce del mediodía, se ha oficializado la puesta en marcha del reloj de la iglesia de San Pablo tras varios años detenido en el tiempo. Más de un centenar de vecinos y vecinas no han querido perderse este momento y han sido testigos directos de la recuperación de uno de los símbolos -en este caso sonoro-, de nuestro municipio.
La génesis de este trabajo se encuentra en un artículo del Cronista Oficial de Abarán, José S. Carrasco que exponía la necesidad de que este reloj, una de las señas de identidad de este pueblo, funcionara otra vez y que sus cuartos y sus horas volvieran a sonar (ver aquí).
Un grupo de abaraneros, incluidos en el Centro de Estudios Abaraneros, junto con una representación de las Amas de Casa de Abarán, se pusieron manos a la obra y encargaron a la empresa Ariño Hermanos la realización de un proyecto para la restauración del reloj. Los trabajos han supuesto una inversión de 10.000 euros, de los cuales el Ayuntamiento de Abarán ha aportado 2.500.
Aprobado el proyecto, lo plantearon al Ayuntamiento, que es quien ha tenido siempre la responsabilidad del mantenimiento del reloj, y este valoró positivamente la idea. Muchos abaraneros/as de más acá y más allá de la Garita han respondido generosamente a esta iniciativa que ya es una realidad, pues ya está en hora y programado para que no suene durante la noche y se pueda respetar así el descanso de los vecinos.
«El progreso de un pueblo no solo está en las grandes obras, sino también en los pequeños detalles. Y el reloj de un pueblo es uno de esos pequeños detalles que hay que cuidar, porque no solo marca las horas sino también el pulso de sus vecinos», argumentó José S. Carrasco, que propuso al alcalde potenciar el casco antiguo que se sitúa junto a la iglesia de San Pablo.
Pedro Augusto García, un abaranero residente en Madrid que no pierde ocasión de volver al pueblo que lo vio nacer, comparó a la torre del relój con un gigante. «Un gigante tremendo, de 40 metros, que nos enseña el camino. Un reloj que ha estado parado demasiado tiempo y que, hoy, por fin, reemprende su marcha», decía.
Antonio Ariño relató a grandes rasgos el laborioso proceso que se ha seguido para la restauración del reloj y todo su complejo mecanismo. «Hemos acometido esta labor con muchísimo cariño y un gran entusiasmo. Y una cosa muy importante es que, tras desmontarlo todo y volverlo a montar, no nos han sobrado piezas», decía a modo de chascarrillo.
Por su parte, el actual sacerdote de San Pablo, José María Hidalgo, destacó «el gran papel que realiza el reloj en esta iglesia del siglo XVI, con un patrimonio muy importante».
Por último, el alcalde, Jesús Gómez, incidió en que «Este es un claro ejemplo de cómo este pueblo puede salir adelante, trabajando unidos, dejándonos a un lado las cosas que nos diferencian y centrándonos en las cosas que nos unen».
Uno de los momentos más emotivos fue el sencillo homenaje que se le rindió a quienes han sido los cuidadores del reloj, tales como José Gómez, Joaquín Gómez 'De la Vejez', José María Tornero, Benjamín Caballero y el actual Jesús Brú, a quienes se obsequió con uno llavero conmemorativos del acto.
Un aperitivo puso el broche final al evento.
Vídeo resumen de los trabajos realizados
26/5/2021
Continúan las tareas para poner en marcha el reloj de la iglesia de San Pablo
Así están siendo algunos de los trabajos
Por tierra y por ‘aire’ continúan las labores de restauración del reloj de la iglesia de San Pablo, unas labores que está llevando a cabo la empresa abaranera Ariño Gómez Hermanos y que constan de dos fases: una primera que está consistiendo en la reparación, restauración y puesta en marcha del reloj, y una segunda en la que se instalará un mecanismo para que las señales horarias suenen por el día y se silencien por las noches.
En la primera fase se sustituirá la cadena que soporta la contrapesa mayor (que es la que da movimiento al reloj), se procederá a la sustitución y fabricación de piezas rotas (dos ejes de bronce, dos piñones, cuatro poleas, limpieza), engrase y verificación general. Y finalmente se restaurarán las agujas y se reemplazará la pantalla principal por metacrilato de 10 milímetros de grosor -que contendrá números nuevos-, se embellecerá el círculo negro exterior y se instalará un nuevo alumbrado led en el interior.
La segunda fase radicará en el sistema de mecanismo de golpeo de las campanas en horario normal, con parada por las noches, fase que llevará consigo la invención de un sistema que interrumpa el sonido de los cuartos y las horas en horario nocturno, para lo cual se utilizarán dos motores eléctricos, dos reductoras, un mecanismo de fabricación propia y un cuadro eléctrico de telemando.
Los trabajos van a buen ritmo y aproximadamente podrían estar concluidos en su primera fase para mediados de junio, según indican desde la empresa Ariño Hermanos.
Antonio y Ángel Ariño en pleno trabajo
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